lunes, 30 de agosto de 2010

Homenaje a Kodama

¿Recuerdas esa canción con la que te sorprendí el día de tu cumpleaños?
Estabas sentadita a un lado del muro con una torta inmensa sobre las manos con esas sandalias negras y tus pies perfectos. Piel amarilla de manos y pies perfectos. Increíblemente perfectos. Tus ojos sonreían más que nunca. Nunca había imagina esa posibilidad que un par de ojos pudieran tener la capacidad de reír. Y de pronto esa canción de los Carpenters en la radio (bueno en realidad grabada en uno de mis viejos cassettes):

Why do birds
Suddenly appear?
Everytime you are near
Just like me
They long to be
Close to you
Why do stars
Fall down from the sky?
Everytime you walk by
Just like me
They long to be
Close to you
Vestías un polo largo y algo así como una falda tipo palazo magnífica en tu cuerpo flacuchis, si flacuchis (como odié siempre las gordas rellenas aunque tu despreciabas tu figura flacuchis).
En ese momento fue simplemente todo, con la simplicidad de tus 26 años y mis pocos años más a cuestas. Pero el tiempo pasa, irremediablemente y tú y yo no somos los mismos que fuimos ayer. Ojalá seamos mejores para que todos este tiempo transcurrido haya servido de algo, para que tanto alciolítico en el el cuerpo haya cumplido su efecto.
Ojalá pronto, pronto, nos comamos otra ves ese pollito alegre, sin dudas, sin dolor en nuestros corazones, con paz, una infinita paz. Y hasta quizá el dueño de la pollería de anime a colocar en su radio (suspendiendo su clásico U - Alianza):

Why do birds
Suddenly appear?
Everytime you are near
Just like me
They long to be
Close to you

1 comentario:

Anónimo dijo...

Agadesco que hayas escrito algo tan bonito, un recuerdo imborrabel para mi, ese fue el comienzo para mi, el dia en que vi en tus ojos, que eras tu, el que tanto habia esperado, quizas quiezsa el tiempo y la distacia haga que nuestras vidas vuelvan a juntarse y recordemos tantas buenas historias juntos, tomando un caje y una galleta de avena.

Tu eterna seguidora.

heydi y yo si soy la verdadera, con la que jugabas al ojo abierto y cerrado que te enseño tu mamá.