lunes, 31 de enero de 2011

Debí saber

Debí saber que no fuiste tú
debí
debí.
Debí presentirlo desde el inicio
olerlo en el ambiente
como un lobo huele su presa
antes de la cacería.
Debí percibir los cambios en las mareas
y en la luna
que presagiaban una realidad distinta
a la que se me mostraba
debí
debí
y todavía debo.
A riesgo que ya se demasiado tarde.
Nunca es demasiado tarde.
Not yet.

domingo, 30 de enero de 2011

Sometimes Bonita (de Javier Sicchar)

Me gustó esta entrada de mi buen amigo Javier y por eso la publico:

Refugios Despilfarrados: Sometimes Bonita

Sometimes Bonita
Nos sentamos frente a frente y ella me pide una canción, rebuscamos varias, y ella que le gusta cantar apalude, a veces baila. Tenemos poco tiempo los jueves, así que buscamos la forma de pasarla bien, de recordar este día cuando el viernes se estire. Ella me deja escuchar una que otra canción, pero este es su día, hay que inventar, no podemos repetir. Yo le digo algunas veces podemos olvidarnos de todo.

***

Cuando se despierta escucho su voz, y me cuenta cosas, yo intento dormir un poco más, me subo las frazadas e intento soñar con algo, pero ella sigue sentada a mi lado, despeinada con ese cabello largo y castaño que a veces no le gusta amarrar, y sus pestañas erguidas heredada de sus antiguos, insiste en seguir contándome algo. Es tarde, o muy temprano, qué más da, ella quiere comenzar ya (todo el domingo que nos espera).

***

Yo le dije, escucha esta canción, ella no quería, cruzó los brazos y me dijo, estoy amarga, yo le di un beso en la frente, y ella volteó el rostro mirando hacia cualquier parte. Cada vez que la veo rebelde, prefiero sonreír, prefiero no hacerle caso. Busqué la canción, alcé el volumen, ella seguía en la misma posición, aunque de reojo observaba. Cuando volvió a mirar yo le di dos besos en cada ojo, a veces te pareces a mí, y ella movía la cabeza al son de esa canción que no quería escuchar, sonreía, sonreía. Así es, algún día, quizás la vuelvas a cantar o te la canten, mientras tanto aplaude conmigo hija.

Escribir (de Jorge Rodriguez)

Me gustó este enlace de mi buen (y lejano) amigo Jorge.
De modo que también lo hago mío y lo comparto con ustedes:

Escribir
Uno escribe porque algo le jode, porque algo tiene dentro de su mente que quiere expulsar, aunque no sabe realmente qué. Uno escribe para darle sentido a su vida, para ordenar el caos que lleva adentro. Uno escribe para vengarse de la realidad y embellecer su existencia. Uno escribe para no morir, para tener la sensación “ilusoria” que derrota al tiempo y la muerte. Uno escribe porque es una necesidad que nace de la desilusión de la vida. Uno escribe porque admira a un puñado de escritores que escribieron libros que aún te provocan admiración y que quieres imitar (aun cuando suene a una utopía). Uno escribe porque el tiempo pasa raudo y tienes que dejar tu huella, tu marca que indique que pasaste por la vida. Uno escribe a veces sin motivo y solo por una pulsión de la mente y el cuerpo. Uno escribe para vivir aventuras, esas que son tan escasas en la vida diaria. Uno escribe para no enloquecer. Uno escribe por mil razones que nunca llega conocer ni racionalizar. Uno escribe por pasión. Uno escribe por soledad. Uno escribe por soñador. Uno escribe porque te gustaría que cuando mueras, alguien lea algún texto tuyo y lo haga soñar, reír y emocionarse. Uno escribe, finalmente, para darle un sentido a nuestra existencia.
Paren el mundo que acá me bajo: Escribir

Tu presencia me fastidia

"Tu presencia me fastidia
¿no puedes entender que deseo estar solo?"
Dije eso y ni bien terminé de decirlo
ya estaba arrepentido.
Me miró con sus ojitos tristes, avejentados, hermosos
me miró con reproche y en silencio.
No dijo nada:
encaminó sus pasos hasta la salida de la habitación
y cerró la puerta, lentamemente, como para no seguir molestando.
Me quedé solo, en mi habitación inmensa
con mis dotes de nisántropo y mi malhumor malsano rumeándome en la cabeza.
Ahora mi soledad me fastidia.
Perdón.

Espero

Espero sinceramente que este mejor cuando leas esto
que el viento haya curado algunas heridas
que la soledad no haya perfilado algunas otras
que este tiempo de ausencia haya limado asperezas.
Espero sinceramente que tus días sean siempre soleados
(ese sol que te hacía reír hasta ponerte como sólo tú solías ponerte)
que hayas vuelto a entontar esas canciones que un día dejaron de sonar
espero hayas vuelto a tus viejas sandalias, a tus polos desenfadados.
Espero que todavía utilices tus lindas carteras
que solías esperar cada navidad o cumpleaños
que sigas combinando tus escasos trapos de manera excepcional:
de pronto parecía que contabas con más de cien.
Espero sinceramente que lo peor haya pasado,
que no albergues mas resentimiento en el corazón
que se haya abierto como una flor
espero que el pecesito aquél
que solías guardar en un pequeño vasito de tu mesa de noche
esté aún vivo, que continúe nadando, por siempre.
Espero seas tú otra vez. Espero.
Aquí espero.

Ahora lo sé

He aceptado de manera ex-profesa algunos de tus (ahora lo sé) malsanos y enfermizos comentarios para que tengas la seguridad que yo también he caído en la cuenta de tu maldad infinita. Me he atrevido incluso a contestar algunos y dejarlos por unos días aquí colgados como para que te percates de su existencia y desde el fondo de tu repulsiva alma sepas que yo también lo sé y que he iniciado contigo quizá un juego peor al que tu te atreviste: pues ante ti aparentaré total ignorancia, aunque en el fondo tenga muy claro todo y cada detalle de este embrollo.
No entiendo cómo pude creer en ti y desatender lo que mi corazón me decía casi a gritos. He dejado abandonada a una persona que no se merecía eso. He permitido que se aloque, que caiga en la enfermedad mientras tu te soslayabas pensando que esto era parte de un juego, de un juego de chiquillas que buscan entre sí robarse de la manera más estúpida a un hombre. Quizá ahora venga lo bueno, pues no podrás dejar de pensar que yo lo sé, y no saber en que momento te haré frente y escupiré sobre ti mi veneno quizá no te deje dormir por la noches. Ten la certeza que ese ese momento llegará y que ello resulta tan cierto como el hecho que existe Dios en el cielo. No quisiste creer, te pensaste invencible, ingeniosa y no fuiste nada más que una cobarde incapaz de sentir ni siquiera el menor atisbo de lástima por alguien más débil. Sufrirás, te prometo que sufrirás del mismo modo que tú hiciste sufrir al desvalido. Y tu sufrimiento será interminable, continuo, como una espiral eterna que nunca parecerá acabarse. Y quizá cuando llegue ese momento y decidas finalmente hablar y confesar la verdad, lleguará la redención a tu alma. Si todavía no es tarde... si todavía no.

Esa tarde hable con tu padre

Esa tarde hable con tu padre
ese hombre que nunca me quiso
y por el que yo jamas profese ningún afecto
salvo el consabido respeto
que adorna este tipo de situaciones.
Imagino que no seria su culpa no estimarme
pero tampoco nadie puede culparme
de no quererlo.
Crecí sin figura paterna
desconfío del trato de los hombres en general
con las mujeres me siento en mi estado natural
en un ambiente conocido y cálido
con los padres en cambio,
me siento frente a un terreno desconocido, indómito, aterrador.
Esta tarde hable con tu padre
hablamos de ti
el escupió todo su odio
y yo intente defenderme de la mejor forma que pude.
Le dije que todavía te quería
que te querría por siempre (no se puede cambiar eso)
y me cambio rápidamente de tema.
Hablaba de mi como un evento nefasto en tu vida
como algo que se requiere "superar" lo mas pronto posible
A.S.A.P.
De pronto me convertía en un farsante, en el motivo
y origen de todos tus males.
Esta es una historia que me gustaría escribir algún día
porque todavía no se bien como cerrarla
como ponerle FIN, END, como insertar
el VIVIERON FELICES POR SIEMPRE
como en los cuentos e historias de hadas.
Esa tarde hable con tu padre
y le dije que podía contar conmigo por siempre
el insistía hablándome de cosas que yo no entendía
de eventos que jamas ocurrieron
de acusaciones de las que no me podía defender.
Esa tarde hable con tu padre
y le explique que también se me iba la vida en ello
algunos de mis mas caros sueños
tus manos pequeñas y perfectamente cuidadas
el vocabulario que habíamos ideado entre los dos
la forma de tus ojos cuando sonreías.
Esa tarde hable con tu padre...
pero tu padre jamas hablo conmigo.

domingo, 9 de enero de 2011