lunes, 30 de agosto de 2010

Noche, piano y manos

¿Recuerdas aquella noche?
Tú tocaste mi mano, yo la tuya
primero las rozamos
con algo de rubor
hasta finalmente nos animamos a entrelazarlas y fundir tus pequeños dedos con los míos.
Luego salimos a dar una vuelta por los alrededores del restaurante.
Mis manos sudaban a borbotones, el botones parecía sorprendido de que dejemos olvidado el auto.
El corazón me daba brincos en el pecho. el pianista te dedicó una canción cuando volvimos a la mesa:
"chiquitita tell me whats wrong
you're enchained by your own sorrow
in your eyes there is no hope for tomorrow
how I hate to see you like this
there is no way you can deny it
I can see that you're oh so sad so quiet"
"Me alocas", dijiste de pronto.
Yo, como si la cosa más natural respondí: "Era lo previsible".
¿Estará todavía el mismo pianista tocando la misma melodía y la misma tonada frente a la misma mesa?

No hay comentarios: