lunes, 30 de agosto de 2010

Diario de un perro azul (X)

Son las 4:30 de la madrugada. He dormido bien hoy, solo me acosté a las 8 de la noche.
Hoy se acabaron las pastillas, imagino que debí se previsor y comprar una tonelada de ellas pues de pronto de agolpan en mi mente una serie de recuerdos que hasta ayer pasaban como desapercibidos, no por ser poco importantes, simplemente como quien no quiere la cosa
Mi mente vuela a mil, mi cabeza no puede seguirla.
Ahora ansío ese viaje a España (y quizá a París) mas que nunca, pues es una forma de escapara de ti (aunque para ser sincero ansío tambien mandar todo a la mierda y quedarme).
Seguro habrá mucho pato pecoso por allá pero difícilmente uno que se te parezca (¿recuerdas que te decía que tenías un olor especial?). Yo también lo tengo, somo dos olores especiales que se encuentran y se entercan por andar flotando en el ambiente por rumbos distintos, quizá a la casa de una quimera que en realidad no existe o existe y no queremos visualizar.
Yo solamente me siento sobre una piedrita -como en la canción- y espero, aunque la espera como en la canción esa que cantan los niños, de verdad desespera.
Pienso pues que estas en una especie de time out, Ulises de fue de Itaca y tu te ha ido de aquí. No se que aventuras te aguardan, pero que se que gallinif y yo te aguardamos a aquí.
Al menos si no gallinif, quizá yo.

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