sábado, 7 de agosto de 2010

CUATRO

Hoy me acordé de aquél libro de "De Cupis" que solía cargar bajo el brazo cuando vagabundeábamos por los pasillos de tu vieja escuela. Aquél libro sirvió para igualar nuestras estaturas y permitió que nuestros sexos se conocieran de una mejor manera.
Del contenido el libro recuerdo poco, hablaba algo acerca de la “responsabilidad contractual y extracontractual”.
De aquellas tardes se me vienen a la mente algunas escenas entrecortadas, como extraídas de una de esas películas con flashbacks que te gustaban tanto: el sudor de nuestros cuerpos, tu respiración entrecortada, el miedo en nuestros corazones, el galopar estrepitoso de tu resuello al llegar al orgasmo.
Pero por sobre todo recuerdo una sensación que tú calificaste de amor y yo definí como una extraña opresión en medio del pecho.

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