sábado, 7 de diciembre de 2013

Principito y rosa

















Se han escrito tantas cosas sobre el zorro
que a veces llego a olvidar lo bien que se siente ser el principito.
Podrán existir otras rosas, millones de zorros de quien hacerse amigo
y luego comenzar extrañar.
Pero en los extraños vericuetos de esto que llamamos
tú + yo
hay algo paradójico
y a la vez inusual
que desafía a toda regla aritmética
donde 1 + 1 no es igual a 2

We are one
but not the same.
Solo hay una rosa a quien cuidar
y un principito para cada rosa.
Si tuviera que elegir alguien para ver esas diez mil puestas de sol
again, again, agian, again ...
sería contigo.

No te compliques más.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Heráclito

No se puede comparar un vaso de cristal
que se rompe
con uno que se ha roto
hace mucho tiempo ya.
Se llora por el líquido derramado
no por el vaso que quiebra.
El tiempo es una
cucaracha rastrera
que se soslaya
con la realidad.
Donde tuviste
aquellos recuerdos
no vuelvas más.
No te puedes lavar
los pies
dos veces en el mismo río.
No.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Freedom to write


Creo en los recuerdos
Son una manera de mantener vivo aquello que nos dio felicidad, que nos destrozó la vida, que nos hizo quien somos, que nos cinceló el alma o terminó de carcomer el corazón.
Pero también creo en la imaginación.
Me pasaba con mucha frecuencia, Personas con las que alguna vez tuve algún tipo de relación me reclamaban con frecuencia sobre el contenido de mis post, de algún cuento, de un poema que no prosperó.
A veces las personas solemos ser tan condenadamente egocéntricas que creemos que el mundo gira a nuestro alrededor. También la poesía, la narrativa, el relato corto, la novela, el cine, el teatro, y cualquier otro genero literario. Incluso la historia.
Es verdad que la imaginación se nutre de los recuerdos. Pero es una necedad pretender equiparar ambos.
Muchas veces las cosas que escribo tienen un claro origen, una persona, alguna palabra que recordé, el detalle de un libro, un sonido, una canción. No en vano todo ello formó parte de tu vida alguna vez. Sería necio negarlo.
En otras ninguna asociación determina lo que hago. Simplemente me siento frente al computador y mis dedos inician un bailoteo que solo culmina cuando coloco el punto final. Entonces comienzo a leer y me entero.
Este no es un espacio de auto ayuda, ni de compasión, ni de remembrazas o golpes de pecho. Tampoco de añoranzas. No pretendo ser reflexivo o dármela de moralista (aunque a veces parezca lo contrario). 
Es solo un espacio de mentiras. O de verdades a medias que es lo mismo. A veces simplemente escojo las palabras porque me gusta como suenan. Aquí adentro me siento libre. No me juzguen por eso. Yo no los juzgo por como ustedes son .
Es cierto que hay gente que aún recuerdo, personas que pasaron por mi vida y significaron algo. O más. También es verdad que los recuerdos alimentan a veces otras voces, palabras que a veces doy vida entre algunas de mis lineas.
Pero pretender que esas historias son realidad y no fantasía lo considero un exceso de egocentrismo, que vamos, felicitaciones por ello, pero tal vez haya algo más en la literatura que consagrarte como personaje universal de las historias.
Lo peor es cuando escribes una historia y varias personas se sientes aludidas al mismo tiempo. Entonces no sabes si sentirte orgulloso por haber conseguido atrapar sentimientos universales o considerarte un perfecto palurdo por no conseguir ser mas imaginativo al momento escribir algo.
Que se le va a hacer. Dicen que siempre buscas en tus relaciones la figura del padre o de la madre. En todo caso no es mi culpa: arremetan contra la maldita psicología.
Esta es la décima vez que recibo un reclamo, los tengo todos guardados como trofeos. De mi limitación, de mi fracaso.
He vivido muchas cosas bellas, pero encontrarán poco de eso acá. Este espacio no es mi diario, no habla de mis vivencias personales, ni de mi actitud ante la vida o mis deseos más profundos. No se dirige a una persona, ni siquiera cuando coloco sumillas para poder clasificar las historias. 
Recuerden siempre: yo no los invité. Ustedes están acá porque son libres, por alguna razón llegaron y decidieron quedarse o irse: freedom to choose
Cambiar ese canal no les cuesta mas que apretar un botón de su control remoto. Dejar de leer estas historias requiere otro tanto.
Durante mi vida, he querido a muchas personas que a veces me dejaron de querer y siempre defendí lo que escribo. Y así será siempre.Yo soy así. No se molesten y si les molesta mucho, el adiós solo requiere un click.

Pd. Gracias por la foto. Me quedó perfecta.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Toc - toc...

Tocaste mi puerta.
Salí a mirar por el agujero de la puerta
miré durante algún tiempo
tu cabello
tus cejas delgadas
esos pequeños ojos
sin sonreír
ahora serios
mas bien preocupados.
Esperé un tiempo prudencial
antes de gritar (o pensar):
who is it?
Nadie contestóte habías ido ya.
Desde mi habitación
te divisé alejarte
llegar a la rotonda
cruzar el parque corriendo
tus pierna delgadas
como dos palillos
perdiéndose
entre el revuelo de tu vestido.
Apareces
y al minuto
ya no estásme dejas sin comprender
que es lo que ocurre
que hay detrás de esa mirada
que quizá ya no sonríe...
de esa mirada
que hace tiempo dejó de mirar
de la misma manera que veía.
Tal vez fue mi imaginación
o una extensión de tu fantasía
que es lo mismo.
Ya no sé.

lunes, 28 de octubre de 2013

A una botella en el mar

Por qué
ese espacio cadencioso
en tu cadera
en la yema dulce de tus pies.
Por qué el sabor de tu sonrisa
confundiéndose con el recuerdo de la mía.
Por qué volver a entonar esas viejas canciones
levantar la tapa que cubre
tus exequias y las mías.
Por qué, nuevamente,
tu olor
mis pensamientos
tu mitomanía
casi extinta
el dibujo de tu sonrisa
en tu mirada
Por qué
esos recuerdos
que no quieres recordar
y sin embargo pretendes que recuerde
como esas heridas
que jamás se cerraron.
A ese pergamino amarillo
de tu biblioteca terrenal
le pregunto
¿por qué?
No regrets.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Yo podría hacer que te enamores de mi


- Yo podría hacer que te enamores de mi -me dijo besándome. 
-¿Y que te ame?
- No. Eso es distinto.
- ¿Y que te haga el amor?
- Tampoco.
- ¿Entonces?
- Podría lograr tan solo que te enamores de mi. Pero no quiero. Deje de desearlo desde el día siguiente en que te conocí. En que me paralizaste con tus ojos inmensos, desde que me lanzaste el primer "hola" y cuando comencé a extrañarte, luego que te despediste con un simple "adiós".
- Yo en cambio podría lograr algo distinto.
- ¿Qué?
- Podría hacer que mueras por  mi.
- Adiós - dijo el zorro.
- Hasta pronto - respondió el principito.

jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Todavía te gusta la lluvia?


¿Qué hubiera pasado si aquella noche, entre luces de bengala y explosiones de bombardas en Navidad me hubiera armado de valor, olvidado de mis manos que sudaban, del temblor de mis piernas, me hubiera acercado hasta la altura de tus ojos que reían y te hubiera estampado aquel beso? 
¿Qué hubiera ocurrido si aquella velada, me hubiera olvidado de mi estúpido orgullo, de aquella pelea que tuvimos, de las palabras que dijiste y que luego retruqué para hacerte daño, y hubiera asistido a aquel concierto? ¿Las cosas seguirían siendo las mismas?
Las probabilidades. Es algo que tú y y jamás entenderemos, honey. Como salir una tarde lluviosa y pensar cuál es la posibilidad de pisar un charco, de que se estrelle tu tren, de que te caiga un elefante del segundo piso, de que regreses a casa y descubras a tu hermana hecha cadáver, o tu padre muerto a causa de un infarto, de que nunca puedas decir adiós, ni te quiero.
Me he preguntado tantas veces cuál es la posibilidad que un evento se repita de nuevo. He estudiado complicadas teorías estadísiticas que no me satisfacen, ni me brindan la respuesta que requiero.
Cómo por ejemplo, cuál es la probabilidad de que vuelvas a ser tú. Que un día regrese a ser el que era. Que nuestros destinos se crucen. Que tomes un bus, realices el ademán de abrir la puerta de un taxi (mi taxi), en alguna lejana ciudad, y descubrirte, y descubrirnos, y decirte, oye, pero si eres tú, ha pasado tanto tiempo, te casaste ya, y con 3 hijos a cuestas, y ya todos mayores, no tengo nada que hacer, ¿tampoco tú?, sólo paseaba, ¿todavía te gusta la lluvia?, y si nos tomamos aquel café que nunca pudimos tomar, tal vez te lea alguno de aquellos poemas, ¿si?, todavía los recuerdas, esa maravillosa generación del 60, ¿aún escribes en  aquel diario?, yo también sigo con el mío, mira tú lo que hemos vivido, defintivamente ha pasado el tiempo, tú estas igual, no no te rías, yo en cambio me siento cansado y viejo, ya peino mil pelos grises, tienes razón, también me creció la barriga, y en las noches me lanzo unos pedos que hacen ladrar a mi perro, pero deja de reír que me sonrojo, no, no no, mejor no te detengas, mejor sigue riendo, a ver si entre tanta risa consigues que pare la lluvia.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Amor


Yo creo que eso del amor como te desgasta, te hace tan deliciosamente -y relativamente- feliz que olvidas en qué consiste realmente vivir. O no vivir, que es lo mismo. Y es igual.
Yo creo que el amor hace que termines enredándote en una sarta de caracoles, que mordisquean tus piernas hasta hacerte perder el encanto.
Terminas quedándote sin ideas, desprovisto (a) de esa condición pseudo material que te hacía único (a) y va aflorando en ti, una nueva pose, una sombra de lo que alguna vez fuiste (o intentaste ser).
Una melodía. O el inicio de una canción que no culminarás. 
Las sombras no existen.  Tus balbuceos tampoco.
(Vosotros lo que entraís, perded todo esperanza)

miércoles, 21 de agosto de 2013

The way we were



¿Dejamos de ser lo que fuimos?
Somos uno, pero no el mismo.
Lo cierto es que el tiempo ha pasado
y tú y yo ya no somos los que fuimos.
Olvidamos las viejas promesas
intentamos recrear otras
que reemplacen a las que les precedieron.
Pero el mundo ha seguido girando
el tuyo
el mío
-en paralelo-
y la gente hace mucho dejó de llamarnos locos.
Hoy visto corbata y traje a la medida.
Tu calzas zapatos taco aguja
(como en el poema).
¿Acaso importan las palabras?
A las palabras se las lleva el viento
aunque el viento no se sienta intimidado por aquéllas.
El tiempo exhala su aliento fresco
que me restriega en la cara el olor de tu partida.
Siempre es un buen momento para decir again.

martes, 20 de agosto de 2013

Gente que nunca estuvo


Hay gente que pasa por tu vida sin dejar huella.
Otros taladran sus iniciales en tu corazón.
Algunos se marcharon y al poco tiempo volvieron.
Olvidé el nombre de un grupo de aquellos.
Con unos cuantos te encuentras de cuando en vez,
te tomas un trago
intercambian datos
escriben direcciones y correos en sus modernas agendas
tal vez tienen sexo
intercambian fluidos
un beso antes de dormir.
Jamás devuelves la primera llamada
ni contestas su postrero e-mail.
Hay números telefónicos que recuerdas de memoria: 543...
Otros los olvidas desde el momento en que te los dieron.
Hay gente que habita en tu memoria... o en tus sueños
que es una extensión de aquella.
Hay personas que están, pero te da lo mismo
(como si no estuvieran).
Existen sujetos que jamás deberían partir.
Hay gente que nunca estuvo.

domingo, 18 de agosto de 2013

Licenciado vidriera

Estoy cansado de continuar
de procurar
pegar un vaso de cristal
que cada vez que lo toco se rompe.

lunes, 12 de agosto de 2013

Es verdad

Es verdad que las cosas son muy simples
como simple es una sonrisa
una mirada
un abrir y cerrar de ojos
una caricia
un decir lo siento
prodigar aquella caricia
intentar cumplir aquella promesa
terminar de decir un adiós.

domingo, 11 de agosto de 2013

Tus viejas cartas


Soñé que volvía a amanecer,
soñé con otoños ya lejanos.
N.B.

Y sigue rodando en mi cabeza
el enigma cautivante de tu voz.
E.V.

Hay días en que las personas deciden levantarse con un pie diferente, dejar de ducharse antes de ir al trabajo, ponerse ese par de zapatos de tacón que nunca se atrevieron, comenzar a enamorar a la chica más guapa,  aventurarse a comer un platillo nuevo sin ninguna explicación, enfrentar a aquel jefe que siempre los intimidó, abrir las puertas del closet en el que se escondían, apretar el gatillo que tantas veces acariciaron, simplemente... JUMP.
Otros, simplemente, decides despertar.
Debe ser bonito jugar a imaginar que juego un juego en el que invento personajes que juegan otros juegos, que de pronto tocan tu timbre y entran en tu habitación, y conversan contigo de otros tiempos, que tonto, tal vez sigues pensando que hay detrás de ese muro, sin darte cuenta que hace mucho ha dejado de jugar,  que ha pasado mucho tiempo, que se han mudado ya.
Hay días diferentes, en los que despiertas con un optimismo bárbaro, en que devoras un párrafo de Petrarca, que relees con deleite un capítulo de Joyce. Hay días claros, de fotografía, días Kodak, otros más bien grises, claros y oscuros, de papel carbón, de fotocopiadora en blanco y negro. Días en que te arrastras desde tu habitación hasta la oficina y cuentas las horas, desfalleciente: 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1...
Pero de todos los que mas temo, son esos días en los que te enfrentas a tus recuerdos, a aquella mirada que te traspasa, a esa sonrisa que no termina de concretar, al sonido de sus pies descalzos hollando el pasto, al horror del vacío de una poesía inacabada, a la novela que se te escapa entre las sienes, al relato que jamás escribirás: a esas cartas amarillas a las que echas mano cuando no te queda nada más.

martes, 6 de agosto de 2013

AUNSENTE POR TIEMPO INDEFINIDO

Estoy en una cura de silencio.
R
E
I
N
V
E
N
T
Á
N
D
O
M
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martes, 9 de julio de 2013

Dijiste que volverías

Te dije que me marchaba y me quedé,  que me iba y jamás partí,  que tomaría apenas dos despedidas, cuarenta y seis lágrimas,  una docena de cervezas,  tres intentos de suicidio,  un adiós. Te dije que me llevaría un tiempo,  un año,  a lo sumo dos,  que volvería por ti, que marcaría tu número de memoria 511... lo he olvidado ya. Te dije que te recordaría,  que no olvidaría el olor de tu piel,  ni el sonido de tus pies descalzos al caminar. Pero he comenzado a dejar de pensar en todo ello,  como los recuerdos en las cabezas de los viejos. Dijiste que me esperarías,  pero te cansaste de aguardar. Yo tampoco regresé, apreté el gatillo, simplemente, como quien dice adiós con la mano,  a lo lejos, sonriente, sonriente.

jueves, 20 de junio de 2013

(te)

Para dejar (te) (nos) ser feliz, me convertí en una sombra
las sombras no se miden con sentimientos
ni hacen ruido con sus zapatos al caminar.
Las sombras desaparecen cuando llega la noche
en el intermedio del maullido de un gato
que corta el filo y presagia su extinción.
Para no pensar (te) me transformé en parte del aire
en una de las estrellas de tu habitación
me oculté en un resquicio de tu mente
inicié un salto a tu vacío.
Para poder olvidar (te) me convertí en una muñeca
me corté mil veces las venas
dejé sin oxígeno mi casto corazón
decidí no protestar cuando te sueño
ni comenzar a soñar (te) cuando dejo de protestar.

sábado, 25 de mayo de 2013

Todavía intento salvarte

Todavía intento salvarte.
Mi psicólogo me dice que no existes, que eres una representación mía, una suerte de alter-ego, mi Malatesta, mi otro yo, la voz interior que susurra y toda suerte de pendejadas que se rompen como el capullo de un caracol cuando me despierto, en la noche, con los ojos anegados en llanto y gritando tu nombre o el mío, que no es lo mismo, pero es igual.
Todavía me resisto a creer.
Pero hay días en que se me hacen insoportablemente largos, noches que parece nunca acabar, recuerdos que retumban en mi cabeza como un tambor golpeteando tus sienes a punto de estallar, días en que la tristeza se asienta en mi mirada y de pronto me quedo sin palabras y se me esfuma sonrisa, y ya no puedo mentir porque ni yo mismo me creo las palabras que digo (o escribo) y me vuelvo a ver frente al espejo, terriblemente solo mi soledad, mas sola que nunca, pero más real. 
Todavía tengo esas pesadillas en las noches.
En las que se repiten como en una película de culto las mismas escenas, el flash-back donde el actor principal se enfrenta a un dilema, el plot del relato, donde la alternativa se convierte en una simple elección, decidir o no tragar aquella ultima pastilla que llevas ya en la lengua, apretar ese gatillo y volarte de un solo golpe la sien, saltar desde aquel árbol, ajustar el ultimo nudo de la soga en tu cuello, poner el punto final a la carta de despedida, decir tan solo "adiós", partir apenas con una media sonrisa que no terminas, porque ya no hay tiempo, porque te lanzaste ya.
Todavía tengo la esperanza. 
Que me alimenta a pesar que mi corazón se resiste, que mi cerebro suicida me grita lo contrario. Ese instinto primitivo que me hace luchar con aquel monstruo que no soy yo pero lleva mi nombre, que me permite arrastrarme del borde de la habitación hasta la bañera, dejar la cama, levantarme, ir a trabajar, no quedarme todo el domingo entero encerrado en la habitación, romper aquel lazo que me hunde en la vacuidad, en aquello que alguna vez llamaste el black, en el que de pronto percibo el sonido de un latido angustiado, que ya no es el mío, un par de ojitos rompiendo mi soledad, una vocesita, como un susurro, canturreando en mi cabeza de una manera angelical, diciendo "despierta, despierta, he tenido una pesadilla, papá".

viernes, 3 de mayo de 2013

Soñé que llorabas

Anoche soñé que llorabas
a lágrima viva
parecía que el mundo entero
conspiraba para esconder tu sonrisa.
Tal vez hace tiempo lo intuyas
hay una suerte de conexión mental
entre tu universo y el mío
que los hacen transcurrir en paralelo
como el cauce silencioso de dos ríos que serpentean
pero no se cruzan.
Desperté.
Sentía que llevaba un agujero alojado en el pecho
como un puñal
o una bala.
Por la tarde conté el sueño a mi abuela:
"No debes preocuparte", me dijo.
"Si en tu sueño aparece llorando es precisamente lo contrario".
"En la vida real: ella es feliz".
Quiero pensar que sonríes.

domingo, 21 de abril de 2013

Cuida bien tus estrellas, mujer

No puedo dejarte de ver arañando el silencio con tus ojos, tratando de decir algo que las palabras nunca hubieran dicho mejor. Aquella mirada era el resumen de la noche posada en tus ojos, con su lluvia, su viento y tu miedo al mar y aquel sueño que te conté.
No puedo dejarte de ver describiendo una estrella descubierta por mí en tu erótica constelación que no cabe en los mapas del cielo. Tu mano dibujando en el aire, era capaz de ponerle color al espacio vacío, que se llenaba con la luz de la estrella brillante.
Cuida bien tus estrellas, mujer, cuida bien tus estrellas.
No puedo dejar de decir que hay idiomas perfectos por descubrir y que son olvidados frecuentemente en el tedio del tiempo. Y que hay que buscarlos, porque los barcos y las piedras tienen abecedarios mejores para demostrar que son bellos sencillamente, sin palabras o esquemas.
No puedo dejar de decir que esta triste canción a tu lado oscurece, que quizás este sea el último misterio que mirarán tus ojos nacer de mis manos. Pues es tarde quizás para mí y Caín me ha marcado sobre la frente. Pero quiero alertarte de un gran peligro y quisiera encenderte esta frase en la mente:
Cuida bien tus estrellas, mujer, cuida bien tus estrellas. Y que nunca las pierdas.
Silvio Rodríguez - Judith "Érase que se era" (2006)

miércoles, 3 de abril de 2013

Hoy


Quiero pensar que hoy caminas con estrelllas a tu alrededor, como en un recuadro impresionista. 
Que eres feliz, desde tu extremo. Que te saludo con la mano, desde el mío.
Que quizá tu boca esté seria, pero por encima, tus ojos sonríen.
No es que no estuve, es sólo que decidí llegar cuando ya habías partido.

lunes, 18 de marzo de 2013

Tu familia o yo

Olvidaste que toda elección implica una renuncia.
Que todo hola presupone un adiós.

domingo, 17 de marzo de 2013

Razones que no se dicen

"Me gustas de tal manera que prefiero no acercarme a ti".
Mírame
pero
no
me
toques.
Imagen: Andrea Barreda.

jueves, 14 de marzo de 2013

Why do birds suddenly appear?


Desconocía el motivo, la razón, circunstancia o lo que fuere. Aparecías y desparecías sin dejar el menor rastro. Primero una llamada, después un hola seguido de un tal vez, luego un intercambio de sonrisas, de correos, de fluidos, que precedían a la desazón post coital de una tarde grisácea en que todo terminaba recordándome a ti, con tus sandalias inútiles acariciando tus pies perfectos y el gigantesco pastel escurriéndose entre tus dedos. Un faldón que parecía querer ocultar tus torpezas, una provocación, la sorpresa, los tonos de la melodía escabulliéndose entre los decibeles de la grabación en medio de una tarde de abril:
Why do birds suddenly appear
Every time you are near?
Just like me, they long to be
Close to you

Por qué precisamente debían ser los pájaros. Por qué aquella canción. Por qué en ese preciso momento. Por qué la asociación. Por qué este post que no tiene sentido. Por qué no esperar unos días, coger simplemente el teléfono, dejar a mis dedos hablar por mi, marcar ese número que hace mucho murmuran de memoria, comenzar diciendo hola, terminar gritando adiós.
Por qué no dejar que esos ojos que me persiguen en los sueños me devoren sonriendo, sonriendo. Por qué no intentar morir con una sonrisa. Por qué no sonreír al tiempo de morir. Por qué no escamotearme media docena de esas pastillas que me aceleran el corazón. Y los sentidos. Por qué no dejar de escribir.

jueves, 7 de marzo de 2013

Soledad vs compañía

¿Quién dice que no tengo amigos?
Hay una persona que me sigue desde México, otra de España, pasando por Alemania para llegar hasta Argentina. Hay un muchachito de Ecuador, una señora de Venezuela, un joven profesor de Panamá y una jovenzuela croata que estudia español y por esas casualidades del designio encontró esta página.
Hay otros que en el camino perdí, como aquella jovencita suicida que un día decidió cerrar su blog -y quizá su vida- a los ojos de los demás. Como el muchachito preguntón que me acosaba con remembrazas metafóricas de amor, casualidad, olvido, resignación y perdón. Como la señora arequipeña que me amenazó alguna vez por escribir obcenidades que perturbaban el corazón de su joven vástago. Como aquella muchachita que hizo de sus muñecas y de su vientre un carnaval de cicatrices. De la pequeña que se negaba a comer, del jovencito que no podía dormir, del adolescente que ingería 5 pastillas al día, de la mitómana, del que decía masturbarse un promedio de 7 veces al día, de la que era infiel a su esposo, de la que no conseguía marido, del perturbado, del poeta, del escritor frustrado, en fin, de todos aquellos anónimos que de una u otra manera me completaban (o destruían) el día.
Tal vez mi soledad no es sino consecuencia de la certeza de su compañía. O de su ausencia, que no es lo mismo, pero es igual.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Temor

Me da miedo saber de ti
despertar un día
y sentir como en esos sueños
que quieres recordar y ya no recuerdas.

domingo, 10 de febrero de 2013

Tú no me quieres

- Tú no me quieres- le dijo. Si me quisieras no me buscarías. Te olvidarías de mi.
- ...
- No tú no me quieres - repitió esta vez más convencida. Si me quisieras dejarías de trarerme flores. Cesarías de dedicarme ese par de avemarías que me recitas en las novenas y a veces en  Madrid. No recordarías jamás mis canciones, ni el tono de mi voz o mi mirada o mi sonrisa. Dejarías de leer mis antiguas cartas. Eliminarías cualquier recuerdo extinto de mi pasado. De tu futuro.
- ...
No. Tú no me quieres. Si me quisieras no llorarías mas por mi.

Se busca una mujer


Edna bajaba por la calle con su bolsa de la compra,
cuando pasó a la altura del automóvil.
Había algo escrito en la ventanilla lateral:
SE BUSCA UNA MUJER.

Charles Bukowsky

Había pensando en coger el teléfono y hacer esa llamada una infinidad de veces. De imaginar el acto a realizarlo había, no obstante, una infinidad de pasos previos. El problema no era como comenzar, sino mantener la conversación una vez iniciada.
 Del hecho al lecho, había -definitivamente- mucho trecho, como decían los abuelos.
Levantó la vista, se mordió los labios con aprehensión y marcó el número que inició un agónico repiqueteo al otro extremo de la línea.
- Aló -contestó una voz.
El mundo se detuvo de pronto.
- SE BUSCA UNA MUJER -le dijo.
Ella sonrio para sus adentros. Había reconocido el tono de la voz desde el primer instante.
- Lo sé -le dijo.

domingo, 13 de enero de 2013

Corazón

Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos.
Eso no es corazón... es una máquina,
que, al compás que se mueve, hace ruido.
Béquer. Rima LXXVII
 
Otro día de ésos en que no puedo dormir, en los que salgo a la calle a buscar eso que ni yo mismo sé, en las que regreso a casa con un vacío en el corazón, un hoyo grande en el pecho que me auyenta el latido.
Tenías razón, en el reino de Oz jamás sería el león. A lo sumo el muñeco de hojalata que lloraba por doquier, mientras tanteaba en su pecho el lugar donde debía albergar su corazón.
No soy nada
sin tu latido.