lunes, 30 de agosto de 2010

Un corazon que se abre, una puerta que se cierra

Descuida. No pretendo escribir un mensaje cifrado en este apartado. Tampoco pretendo alzarmecomo el inventor de esta frase que no pertenece sino a un capítulo de una antigua novela de Albújar.
No olvides que la puerta que abriste permanece abierta, eres tú responsable de ella, de su tosca madera tallada, de sus tonos marrones y oscuros que la hacen lucir terriblemente adusta, tremendamente bella, como la mesa aquella que tienes en tu comedor y que, ambos, amábamos.
No te olvides que es por ti que permanece aún abierta. Al igual que el Principito, eres responsable de tu puerta, de mantenerla abierta o cerrada.
Indica tú cuando debo abrir de par en par esa puerta o cerrarla definitivamente en mi corazón.

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