lunes, 2 de agosto de 2010

Diario de un perro azul (II)

Desperté horas después. Probablemente soñé una historia en la que tú y o fungíamos de personajes secundarios, como parte de un guión escrito sin imaginación y gracia, sin puntos y comas, suspensivos, finales o apartes que dificulten su lectura y la envilezcan aún más.
Una historia que ya fue escrita y cuyo desenlace no existe aún para mi.

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