martes, 3 de agosto de 2010

Diario de un perro azul (III)

Odio cuando me hablan de amor: definitivamente quien debió inventarlo debió ser alguna persona que poco conocía de aquel.
Huyo de sus quebradas, de sus peñas profundas, sus riscos escarpados, sus abismos insondables y las oquedades de sus valles.
Odio quien se llena la boca con palabras de amor (y en realidad blasfema), a quien dice amar hasta la necedad (y todavía es cauto) y quien dice no haber amado (y se sienta sobre una piedra a esperar su llegada o despedir su partida).
Odio a los complicados de corazón, a quienes dicen "no sé si amo, tal vez solo quiero" (como si fuera necesario una maestría de lingüística para entender ello) , a quienes intentan amar hasta la locura (y de verdad llegan a ella), al que ama de modo sumiso y al que no sabe si debe amar o jugarse una partida con sus sentimientos: como quien juega una partida póker o inicia un de tin marín de dopingüé.
Pero de todos odio más al que reniega de no amar y se esconde tras una armadura de reluciente bronce: un magnífico escudo protector que no deja que lo hieran pero tampoco permite al agresor ingresar. Odio al que no quiere saltar, al que tiene miedo de lastimarse una pierna (quizá se ha lastimado ya), a producirse una herida, a sangrar, a sentirse humano. Odio al que tiene temor de lanzar una piedra, al que ahoga en justificaciones para no arriesgar, al que le tiembla la boca al reír, al que rehuye decir yo primero (o yo segundo: el orden de los factores no altera el producto), al que evita tomar una decisión (precisamente esa decisión), al que no quiere finalmente llorar.
No es algo personal.
No tengo odio en el corazón
Quizá simplemente es uno de esos días.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente nadie conoce el significado del amor, en mis años he aprendido que no es necesario decir TE AMO para demostrar amor hacia la otra persona, las palabras, los cuidados, etc son las obras del amor

Anónimo dijo...

Leo tu blog y me pregunto que es para ti el amor, si no crees en el no debes de juzgar las clases de amor, si tu dices que aun no lo conoces, pero la verdad es que si, todos amamos, o acaso no amas a tu hermano, madre (si es que los tuvieses), no te entiendo hay muchas incoherencias en lo que dices pensar y lo que escribes, yo pensaba igual que tu y hoy puedo decir, como perdi tanto tiempo con mi ira interna