Nada se pierde
todo se transforma.
Jorge Drexler
No tengas vergüenza de gritar en voz alta
las cosas que me dices en voz baja.
Callar u omitir es un sinónimo de negación
de rechazo.
No me llames por mi nombre
he sucumbido hace ya cierto tiempo
al encanto de dejar a un lado la manera como me llamo.
No me llames por mi nombre
he dejado de tenerlo
mi nombre solo adquiere sentido
cuando es reemplazado por uno distinto:
el que tú me otorgas.
No temas regalarme una mirada
una caricia
un abrazo
un beso fugaz.
Los gestos se toman
no se piden.
No tengas vergüenza de comportarte
de modo lascivo, exasperante o sexual.
No tengas temor de tu desnudez
o de la mía
del calor de tu vientre
de tus piernas delgadas enredándose entre las mías.
No tengas temor
de decir las mismas palabras
de llamar a las personas de idéntica manera
de descubrir un gesto que creías olvidado
un sentimiento
una sonrisa
una hendidura en tu pecho
un aluvión de esperanza
y de miedo.
Las palabras solo son eso
apenas una conjugación de letras
que podrían significar tantas cosas
y a la vez nada.
Yo podría decir por ejemplo
hogar
y escribirlo de mil maneras distintas
ogarh, garho, arhog... n + 1
No tengas temor de reemplazar nuestros nombres
por el yo, tú, nosotros, ellos
de adjetivar tu sonrisa
de conjugar, conmigo, tu mejor verbo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
me enamora tanto la forma en que sonríes, como la forma en la que escribes, como la forma en que me amas, que hace que también te ame y que sobre todo te extrañe.
tu pequitas.
Publicar un comentario