Acabo de despertar
soñé contigo.
Me decías
que querías vivir conmigo
miré tu rostro
clave mi mirada
en la tuya:
parecía que podías comerte
el mundo con una sola sonrisa.
La casera nos miraba asombrada.
Parecíamos dos locos
a punto de iniciar una fiesta.
No tenías miedo.
Reías.
Reíamos.
Cuando me desperté
mantuve los ojos cerrados durante un largo tiempo
no quería despertar.
Llegó el amanecer
comenzó a cantar un pájaro:
entonces me di cuenta que sólo era un sueño.
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