Hay algo de mágico
y de absurdo en esas casualidades:
que yo eligiera ese autobús
y tú decidieras sentarte a mi lado
que coincidiéramos
despues en el cine
que en lugar de marcar el 7
lo confundieras con el 3
que tú dijeras "aló"
y yo te llamara por error "Eliana".
Que hubiésemos vivido de chicos
en el mismo edificio
que tu madre y la mía
fueran amigas de la infancia
que tú asistieras a mi escuela
y después yo a la tuya
que trabajásemos ambos
en un mismo lugar.
Que un día decidiera amarte
y luego tú hicieras lo mismo.
Hay algo mágico y absurdo
en todas esas casualidades.
No, honey, no hay casualidades
sino una serie de eventos
necesarios
para que luego seamos
tú y yo.
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