Hasta ahora se preguntaba
cuál sentimiento era más poderoso
si, a fin de cuentas,
el punto en el que se encontraba
no era otra cosa
que el resultado
de una ponderación
entre el amor y el miedo.
Huir del miedo
había sido su consigna
aunque en ello
pudiera esconderse
de modo soterrado
algo diferente.
- ¿Se puede querer a alguien que se teme? - preguntó la nostalgia.
- Jamás -le contestó el miedo.
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