Dijiste te extraño de una manera tan espontánea
que hiciste que al acto sintiera también esa necesidad de ti:
de tu aroma inconfundible (debí traer un frasco)
de tu cabello (peinado como en aquella foto)
de tus manos y pies perfectos
de aquellos inconfundibles puntitos negros que llamamos pecas.
Del calor de tu cuerpo
tus piernas delgadas
tu talle ajustado
en suma, de ti, material y mundana.
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