sábado, 4 de junio de 2011

Los que quedamos

¿A donde van los tristes soldados cuando termina la guerra?
¿A sus casas, al calor de una familia,
o el que solo tiene llagas, el infinito estigma,
no paseará por los campos de margaritas
añorando una juventud extinguida en el fuego de esta vida?
Blog de una virgen suicida

Ellos se van pero ¿que pasa con los que quedamos con el permanente dolor de su recuerdo?
A veces (perdóname, Cecilia) pienso que de todas, a ti te tocó la decisión más fácil: unas horas de titubeo, un momento de determinación, quizá un tardío arrepentimiento y luego nada. La oscuridad, la soledad y la noche.
Somos nosotros los que quedamos, los que tenemos que seguir arrastrándonos día a día. Es a nosotros a quien nos toca despertar cada mañana y darnos cuenta que ya no estas, que no fue un mal sueño o el inicio de una pesadilla que se repite. Es a nosotros a quien nos toca ir al trabajo y hacer frente a la vida. Y también a la muerte.
Es cuando nos percatamos que tú ya no estás pero el mundo sigue girando, como en esa novela que te gustaba tanto. La gente sigue riendo, viviendo, muriendo. Un día nos sorprendemos en un bautizo, en un matrimonio y también en un velorio o entierro de alguien que ha muerto y de pronto pareciera que se minimizara nuestra experiencia, pero en el fondo de nuestros corazones sabemos que no es así: una vez que la muerte te toca con sus alas, difícilmente podrás escabullirte de ella. Te perseguirá hasta los rincones más ignotos , hasta los abismos más recónditos de tu corazón. Querrás huir de ella y no podrás.
A veces es significativo como personas que ni siquiera los conocieron en vida, los recuerdan o albergan en su cabeza una suerte de recuerdo que no es sino el rompe cabezas construido en base a los recuerdos de otros. Es el caso de mi sobrino por ejemplo, que jamás la conoció y sin embargo habla con tal naturalidad y pronuncia su nombre como si la hubiere conocido de toda una vida. Incluso se sabe la fecha de su cumpleaños y otros detalles que no vale la pena mencionar.
Somos los que quedamos lo que sin saberlo -o sabiéndolo y no aceptándolo- formamos una masa compacta e indestructible unidos por el recuerdo de los que ya no están. Ellos se han ido, nosotros quedamos. Ellos descansan ya de esta vida, a nosotros -soldados de esta vida- nos toca seguirla viviendo. No hay opciones.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Los que quedamos...sólo nos toca vivir como soñando que sigue aqui...csi escuchándolo, casi sintiendo sus consejos, casi con su protección, casi un ángel, casi un dios...a veces le digo papá qué lindo debe ser estar allí cerca de Dios
Pero igual aca quedamos nosotros, sin hogar, sin país, sin amor incondicional, sin refugio...bueno en mi caso nosotras...
La muerte nos deja clavado algo que es como una llamada, como un camino hacia la muerte misma

kuinzito dijo...

Te quiero mucho Bettina, tu amistad es algo que trasciende mi ingratitud y la ausencia.

Millhka dijo...

Amigo Kuinzito, los que quedamos realmente somos los que mas sufrimos, el recuerdo de su existencia nos persigue en sueños y en nuestro diario vivir, yo perdia a mi padre hace 3 años, el cayo del tercer piso, vivo a diario con el dolor y no estoy en paz, su muerte fue negligencia, no hubo varandas, no estaba seguro, me siento culpable por su muerte...me siento tan sola, sin familia cercana, no tengo madre, ni hijos, ni hermanos, ni pareja, esta casa me consume en la mas triste soledad, que hasta he pensado en el suicido, por eso llegue a tu blog y al de muchos, tratando de encontrar respuestas, buscando una salida, nose como aun sigo viva daria lo que fuese por que en este instante alguien me abrazara

kuinzito dijo...

Es cierto, querida Millhka, los que quedamos somos quienes nos llevamos la peor parte, porque a pesar nuestro, el mundo sigue girando, continuamos viviendo. Pero no estas sola, Millhka, mira a tu alrededor, siente mi abrazo a través de la red. Mañana, cuando este solo frente a la tumba de mi hermana leyéndole un libro (quizá uno de los que le gustaban tanto) quizá yo sienta el tuyo.

kuinzito dijo...

Y no estas sola, querida Millhka. Estas tú, estoy yo. Esta esta humilde página que te acoge, como miembro de un club privado, inaccesible e ininteligible para los demás: sólo para suicidas.

virgin dijo...

Gracias por dedicarme esta hermosa entrada. O si no es es ami me refugio en la epístola y juego otra vez a disfrazar mi mente con la más variada fantasía.

Dispongo de darte un fuerte abrazo... No te olvido.