sólos tú y yo
y el resto del mundo
ignorándonos.
Hoy leímos juntos
una historia de Cortazar
que presumo -por tu silencio-
te deleitó hasta el extremo.
Hoy fue un buen día
limpié tu lugar con esmero
arranqué la mala hierba que casi llegaba a tu lecho
descubrí con agua las letras que ocultaban tu nombre
adorné tu habitación con media docena de girasoles.
Luego me quedé dormido sobre tu lecho
debajo, enredada entre hierba y tierra húmeda reposa tu cuerpo.
Esa tarde soñé que intentaba abrazarte
-vanamente-.
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