No puedo dormir. Mejor dicho no quiero. Prefiero estar despierto mientras los demás descansan y pensar que estoy solo porque es de noche, porque tengo insomnio, porque siempre me desvelo y encontrar mil y un excusas que sirvan para acallar la verdad.
No puedo dormir. Mejor dicho no debo. Prefiero escribir, dar manotazos de ahogado, ver alguna película, una vez, luego dos, después tres hasta que los ojos se cierren. Hasta que la cabeza me quiere estallar del cansancio.
No puedo dormir. Mejor dicho no todavía. Aún no termina la noche, todavía no comienzan a cantar los pájaros. En unos minutos más llegará el día. Mi vecino de al lado tomará un baño, la pequeña de enfrente llamará a gritos a su madre, llegará el camión de la basura, la ciudad entera comenzará a despertar.
Y yo cerraré los ojos, me arroparé en la cama e intentaré soñar ese sueño que día a día persigo y jamás alcanzo.
2 comentarios:
wow! me encanta este texto, as plasmado en tu blog exactamente lo que pasa por mi cerebro cada madrugada.
Y en la mía, querida Dahy. Un saludo.
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