Me gustaría que fueran más simple que esa canción de Sabina que me gusta tanto. Pero las cosas son lo que son, no lo que nos gustaría que sean. Quizá he vuelto a caer en esa malsana manía que tengo de colocar a las personas atributos que carecen. Como cuando adornas un pino en Navidad: al inicio no es más que unas cuantas docenas de ramas y algo de verdor, pero cuando terminas, acaba siendo algo realmente especial... irreal. Un árbol de Navidad. Único e irreemplazable.
Hoy me quedé sin árbol de Navidad. Hoy me dijeron que Santa Claus no existe. Se me acabaron los sueños. Piso el mundo real una vez más.
En el juego de la vida, no te vale mucho la suerte ni la esperanza, menos los sueños. Las cosas son lo que son, dicen las persona mayores. Como ese viejo bolero que dice:
En el juego de la vida
nada te vale la suerte
por que al fin de la partida
gana el albur de la muerte
Hoy me marché dando un portazo. Era hora de recuperar el orgullo y quizá mi lugar en esta burda historia. Si es que cabe el término y la posibilidad.
Nunca es tarde para comenzar a mirar desde un ángulo diferente. Nunca digas nunca. Jamás.
Hoy me quedé sin árbol de Navidad. Hoy me dijeron que Santa Claus no existe. Se me acabaron los sueños. Piso el mundo real una vez más.
En el juego de la vida, no te vale mucho la suerte ni la esperanza, menos los sueños. Las cosas son lo que son, dicen las persona mayores. Como ese viejo bolero que dice:
En el juego de la vida
nada te vale la suerte
por que al fin de la partida
gana el albur de la muerte
Hoy me marché dando un portazo. Era hora de recuperar el orgullo y quizá mi lugar en esta burda historia. Si es que cabe el término y la posibilidad.
Nunca es tarde para comenzar a mirar desde un ángulo diferente. Nunca digas nunca. Jamás.
3 comentarios:
QUIERO SER TU GATO
Si supiera primero quien eres podría intentar descifrar tus maullidos.
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