viernes, 1 de octubre de 2010

Hoy me llamaron maldito

Hoy me llamaron maldito.
La verdad no me siento alguien maldito.
La palabra en sí suena peyorativa, brutal. Busqué en el diccionario su significado, intentando desentrañar la intención del autor de tan procaz insulto. Encontré las siguientes definiciones:

maldito, ta.
(Del part. irreg. de maldecir; lat. maledictus).
1. adj. Perverso, de mala intención y dañadas costumbres.
2. adj. Condenado y castigado por la justicia divina. U. t. c. s.
3. adj. De mala calidad, ruin, miserable. En esta maldita cama se acostó
4. adj. coloq. ninguno. No sabe maldita la cosa
5. adj. coloq. Que molesta o desagrada. Este maldito ruido que me está dejando sordo
6. f. coloq. Lengua humana. LA maldita


Pensé si en algún momento había sido perverso, de mala intención, si mis costumbres estaban dañadas. Pensé que quizá mi corazón y por qué no, mi mente ha sufrido por cierto algo de daño. Quizá una que otra falla en su funcionamiento, en su metódico tic tac.
Pero mis costumbres no son las mías, son las que heredó mi madre y a su vez le fue transmitida por mis abuelos y bisabuelos. No podía haber la posibilidad de daño en algo tan sublime como ello.
Me detuve a analizar la posibilidad de estar condenado o castigado por la justicia divina. Tengo en mi memoria una preciosa hermana que a los 26 decidió abreviar su existencia. Like Marilyn, a los 36. Quizá por ello me atrae tanto la Monroe. Nunca tuve padre o mejor, el que tuve fue como si jamás estuviera. Como una de esas enfermedades psicosomáticas que están y no están hasta que te mueres. Tengo problemas para relacionarme con las personas, tiendo a la soledad y en alguna ocasión alguien me deslizó la posibilidad que mi gusto por los lugares oscuros y mas bien lóbregos tenga una cierta dosis de amor por las situaciones que llevan a la depresión y al suicidio. Si hay algo de maldición en ello entonces quizá sí, cabe el término, pero a la vez lo dudo. No creo que mi vida tal y como es sea una maldición. Agradezco al cielo cada instante que ha transcurrido en mi vida, cada persona que conocí y me convirtió en la persona que ahora soy. Cada mujer que amé y me amó. Cada palabra. Cada caricia. Cada beso que se escapó entre mis labios. Agradezco lo que recibí pero también por aquellas cosas que me fueron privadas. No creo, entonces, estar maldito. He sido mas bien bendecido. Al menos he recibido más de lo que recibieron otros. Te recibí a ti que me lees, por ejemplo.
Quizá era de mala calidad. Dudé si podía ser calificado de ruin o miserable. Como persona mi calidad obviamente esta muy por debajo de los estándares. Me hubiera gustado ser más integro, estar más completo. Tener una calidad superior. Ser una especie de superhombre como el que alguna vez soñó Nietzche. Pero en la vida casi nunca uno obtiene lo que quiere. Nadie te da la oportunidad de frotar una lámpara y zaz te concede un deseo. En esta vida por ejemplo, me tocó ser yo. Ni más ni menos. Nadie me dio a elegir la calidad final con que debía contar el producto- Mi cuerpo no pasó la revisión técnica. Mi alma tampoco. Soy lo que otros formaron y unos pocos se encargaron de deformar luego. Un ser de mala calidad probablemente, pero ese soy yo. No encuentro la manera de definirme de una manera distinta. Si tengo que ser maldito por constituir un ser de calidad inferior, entonces lo soy. Desde esa perspectiva, soy un maldito más viviendo en un mundo de malditos. No es una visión muy alentadora de la vida y la calidad intrínseca del ser humano, por lo que me veo obligado a descartarla también a riesgo de ser considerado un misántropo de asumir una actitud distinta.
Tampoco creo que pueda ser considerado ninguno. Definitivamente soy alguien. Tengo una finalidad en esta vida aunque esta sea únicamente servir de alimento a los gusanos que algún día devoren mi cuerpo. Pero hasta esa es una finalidad. Tampoco pues, puedo ser maldito en este extremo.
Quizá la definición 5. sea la más apropiada y me calce como un guante. Puedo molestar y desagradar a más de uno. No obstante tampoco creo ser por naturaleza desagradable o molesto. Estoy seguro de haber agradado a más de una persona en alguna oportunidad. En más de una ocasión como cualquier ser humano que pasó por esta tierra, he sido querido. Aunque después odiado. Quizá hasta tenga un club de fans del tipo "Mujeres que odian a este maldito" en el Facebook. Pero lo cierto es que por lo menos sé de una mujer que no me odia y para quién jamás podría representar algo desagradable. Sé que de darse el caso, ella daría incluso la vida por mi: mi madre. No soy por ende, maldito, tampoco en este aspecto.
Salvo la posibilidad de ser un poeta maldito o considerado una nueva generación de escritores malditos, que me atrae de manera tentadora, no soy maldito por ninguna maldita parte, en conclusión.

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