Refugios Despilfarrados: Sometimes Bonita
Sometimes Bonita
Nos sentamos frente a frente y ella me pide una canción, rebuscamos varias, y ella que le gusta cantar apalude, a veces baila. Tenemos poco tiempo los jueves, así que buscamos la forma de pasarla bien, de recordar este día cuando el viernes se estire. Ella me deja escuchar una que otra canción, pero este es su día, hay que inventar, no podemos repetir. Yo le digo algunas veces podemos olvidarnos de todo.
***
Cuando se despierta escucho su voz, y me cuenta cosas, yo intento dormir un poco más, me subo las frazadas e intento soñar con algo, pero ella sigue sentada a mi lado, despeinada con ese cabello largo y castaño que a veces no le gusta amarrar, y sus pestañas erguidas heredada de sus antiguos, insiste en seguir contándome algo. Es tarde, o muy temprano, qué más da, ella quiere comenzar ya (todo el domingo que nos espera).
***
Yo le dije, escucha esta canción, ella no quería, cruzó los brazos y me dijo, estoy amarga, yo le di un beso en la frente, y ella volteó el rostro mirando hacia cualquier parte. Cada vez que la veo rebelde, prefiero sonreír, prefiero no hacerle caso. Busqué la canción, alcé el volumen, ella seguía en la misma posición, aunque de reojo observaba. Cuando volvió a mirar yo le di dos besos en cada ojo, a veces te pareces a mí, y ella movía la cabeza al son de esa canción que no quería escuchar, sonreía, sonreía. Así es, algún día, quizás la vuelvas a cantar o te la canten, mientras tanto aplaude conmigo hija.
Nos sentamos frente a frente y ella me pide una canción, rebuscamos varias, y ella que le gusta cantar apalude, a veces baila. Tenemos poco tiempo los jueves, así que buscamos la forma de pasarla bien, de recordar este día cuando el viernes se estire. Ella me deja escuchar una que otra canción, pero este es su día, hay que inventar, no podemos repetir. Yo le digo algunas veces podemos olvidarnos de todo.
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Cuando se despierta escucho su voz, y me cuenta cosas, yo intento dormir un poco más, me subo las frazadas e intento soñar con algo, pero ella sigue sentada a mi lado, despeinada con ese cabello largo y castaño que a veces no le gusta amarrar, y sus pestañas erguidas heredada de sus antiguos, insiste en seguir contándome algo. Es tarde, o muy temprano, qué más da, ella quiere comenzar ya (todo el domingo que nos espera).
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Yo le dije, escucha esta canción, ella no quería, cruzó los brazos y me dijo, estoy amarga, yo le di un beso en la frente, y ella volteó el rostro mirando hacia cualquier parte. Cada vez que la veo rebelde, prefiero sonreír, prefiero no hacerle caso. Busqué la canción, alcé el volumen, ella seguía en la misma posición, aunque de reojo observaba. Cuando volvió a mirar yo le di dos besos en cada ojo, a veces te pareces a mí, y ella movía la cabeza al son de esa canción que no quería escuchar, sonreía, sonreía. Así es, algún día, quizás la vuelvas a cantar o te la canten, mientras tanto aplaude conmigo hija.
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