jueves, 7 de marzo de 2013

Soledad vs compañía

¿Quién dice que no tengo amigos?
Hay una persona que me sigue desde México, otra de España, pasando por Alemania para llegar hasta Argentina. Hay un muchachito de Ecuador, una señora de Venezuela, un joven profesor de Panamá y una jovenzuela croata que estudia español y por esas casualidades del designio encontró esta página.
Hay otros que en el camino perdí, como aquella jovencita suicida que un día decidió cerrar su blog -y quizá su vida- a los ojos de los demás. Como el muchachito preguntón que me acosaba con remembrazas metafóricas de amor, casualidad, olvido, resignación y perdón. Como la señora arequipeña que me amenazó alguna vez por escribir obcenidades que perturbaban el corazón de su joven vástago. Como aquella muchachita que hizo de sus muñecas y de su vientre un carnaval de cicatrices. De la pequeña que se negaba a comer, del jovencito que no podía dormir, del adolescente que ingería 5 pastillas al día, de la mitómana, del que decía masturbarse un promedio de 7 veces al día, de la que era infiel a su esposo, de la que no conseguía marido, del perturbado, del poeta, del escritor frustrado, en fin, de todos aquellos anónimos que de una u otra manera me completaban (o destruían) el día.
Tal vez mi soledad no es sino consecuencia de la certeza de su compañía. O de su ausencia, que no es lo mismo, pero es igual.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja sin palabras.

kuinzito dijo...

Eso, sin palabras

SuicideGirl22 dijo...

sin palabras ..