Hoy es uno de esos días en que no quiero salir de mi habitación sino hasta que todo el rocío se haya terminado de evaporar de mi rostro. Uno de esos días en que desearía tomar una pastilla, dos, tres, cerrar los ojos de golpe y despertar del sueño que he venido soñando.
Hoy es un día de persianas bajas, de cortinas corridas, de oscuridad forzada, uno de ésos en los que te agobia una tristeza infinita cuyo significado conoces y te niegas a aceptar.
Hoy es un día en que desearía que de pronto esos dedos marcaran mi número telefónico que desconocen, oír tu aló desfalleciente, como un pétalo raído, un camaleón extinto al otro lado de la línea.
Hay días en que le faltan tonalidades a tu paleta para dibujar el escenario donde transcurre tu vida, como decía la canción, para pintar tu sonrisa.
Hoy es un día blue, infinitamente blue. No hay prisa.
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