Hoy he venido muy animado. Lei algo de ti y me arrancaste una sonrisa. Luego lei algunas cosas mias y mi boca se contrajo en un rictus amargo. Hoy depues de mucho tiempo me he mirado al espejo. Soy el mismo pero he cambiado, el tiempo ha dejado sobre mi rostro sus primeras pisadas. Mi mirada es la misma, pero tambien ha variado. Mis pupilas no.
Me queda lo mirado: una sonrisa, un gritito inconfundible, aquella manera tan particular de sonreir, la foto de aquel anima que te hacia delirar de felicidad, un par de saltitos, dos manos que se juntan.
Me queda un viejo album de fotografias sobre el que debo ponerme a escribir una historia que tenga un final.
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