martes, 11 de diciembre de 2018

Ella se está durmiendo (1)

Ella se está durmiendo. Veo los cambios a diario, sucederse unos tras otros: la manera cómo sus movimientos se hacen más lentos, su apetito perdido, el cansancio repentino que la acomete a diversas horas del día, el miedo en sus ojos -de noche, antes de dormir- quizá por el hecho de no soñar, o peor, de no poder despertar.
Ella se está durmiendo. La realidad empieza a hacerse cada vez más ostensible, el monstruo empieza a adoptar una forma real, su reloj biológico ha empezado a contar hacia atrás.
En ocasiones le hablo, como lo hacíamos antes, de pronto volteo y me doy cuenta que hace mucho que no me oye, su mente navega quizá por lugares ignotos, quizá detenida en algún recodo de su niñez, en un instante de su vida donde pudo ser feliz. No me importa que no me oiga, ella sonríe por un instante y saberlo me hace también feliz.
Ella se está durmiendo, se los digo. Escuchen cómo se acompasa con el suave sonido de su ronquido. No la despierten. Ella es feliz en ese momento efímero, cuando pierde conciencia de lo real.
Descubro que la felicidad puede adoptar tantas formas y provenir del acto más mundano, como el placer, como los sueños, como un abrazo.

No hay comentarios: