Me dijero que te vieron
que has envejecido
que tu piel ya no es tan lozana como solía ser
pero que tus ojos verdes refulgían con el mismo esplendor
de gato de los últimos tiempos.
Me dijeron que estabas encorvado
algo mustio
que las manos te temblaban
que andabas trajeado con un pantalón descolorido
y los zapatos gastados.
Me dijeron que te vieron
que parecías la sombra de quien alguna vez fuiste
de quien ahora soy.
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