domingo, 3 de abril de 2011

Diario de un perro azul (XX)

He llegado finalmente al numero XX de este post.
Numero infinitamente sospechoso como diría Martín Adán: un pato seguido de un huevo.
Veinte post atrás escribí el primero de los diarios de este perro azul.
Releyendo lo antes escrito llego a la constatación que los fantasmas que atormentaban a este lastimero animal siguen siendo los mismos.
No es posible llegar al post numero XX sin que ello implique una reflexión, aun cuando esta sea breve, sobre lo antes escrito, sobre que motivo a que naciera un animal azul, que haciéndose pasar por escritor se animara a decir soy perro y escribo un diario de color azul.
La razón del color azul en mi vida la he explicado ya en alguna ocasión. El azul simboliza aquello de lo que intento no hablar en este blog, esconde las miserias humanas mas recónditas ocultas en el corazón de este can.
El blog de un perro azul es un grito de libertad.
Cuando comencé a escribir este blog pensé que no pasaría de cinco a lo sumo seis.
Era una suerte de expiación que tenia luego de cada debacle sentimental en mi vida. Las causas que al inicio podía agrupar por su similitud, han ido variando con el tiempo hasta convertirse en algo completamente distinto.
Al principio, los primeros escritos reflejaban una necesidad de pertenencia. Como cualquier animal que se siente sin dueño, los primeros ladridos que encontraron forma en este blog, reclamaban un dueño, alguien a quien mover la cola las tardes de los sábados, con quien dar un paseo al parque o ver una película de Capra los domingos por la noche.
Con el correr de los días los post fueron cambiando hasta convertirse en lo que hoy son: un grito irreconciliable con la confusión, con la decepción, con la sorpresa y por que no, aun, un reclamo de esperanza.
¿Tendrán todos los escritos un hilo conductor que secretamente los una?
Este blog se ha convertido en un aullido, en un quejido de perro al que se le pisa la cola y reprime la mordida. Y no me gusta.
Esta muy lejano a lo que solía ser yo (en otros tiempos).
"Ojala nunca te lo hagan a ti" me dijeron un día
"El día que te lo hagan sabrás lo feo que es".
Desearía tantas cosas en este momento, pero sobre todo desearía no haber tomado tantas decisiones equivocadas en mi vida. Algunas ya sin retorno, la mayor parte de ellas irremediablemente perdidas.
Soy un perro azul que alguna vez intento ser de un color distinto y se negó la oportunidad a si mismo.
No puedo retroceder el pasado, pero puedo procurar tener un presente que no sea tributario de aquel. No puedo pedir perdón a personas que jamas me perdonaran (algunas ni siquiera están ya para hacerlo).
Hoy me siento como en aquellos días:
Sin norte, sin esperanzas, sin decisión. Perdido. Terriblemente perdido.
Lo único que me alumbra es tu recuerdo y la necesidad de volverte a encontrar en ese sueño donde mi miras con esos ojos inmensos que parecen tragarse toda mi esperanza. Again. Por siempre, again.

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