lunes, 4 de abril de 2011

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END.
Supongo que es como esas peliculas que no quieres que terminen, pero que conoces el resultado de antemano.

Uno quisiera ser el heroe, el amante, el amigo, pero a veces no terminas siendo ninguna de esas cosas.

Apenas un simple extra que se engalana con sus cinco minutos de fama: una aparición, un par de palabras predeterminadas en sus líneas.

Un recuerdo. Nada.

Hay películas que te gustaría escribir. Otras te gustaría anticiparte al final. Otras jamás deberían ser filmadas.

Pero también estan las otras, las del otro tipo, las que hacen volar tu imaginación a raudales, las que le dan sentido a tu vida tan solo por esa "posibilidad" que encierran. Las que determinan que lo cotidiano se transforme en algo mágico. Las que te hacen soñar, levantarte mas temprano, hacer cosas que antes pensabas no eras capaza de hacer o dar, las que de pronto -sin que te des cuenta- te transforman en alguien distinto y mejor en todos los sentidos.

Esas son las películas que no deberían tener final.

Conclusión: una película no debería terminar en tanto te permita seguir soñando sobre un final que desconoces, pero ansías.

Quizá por eso cada vez voy menos al cine.

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