jueves, 9 de septiembre de 2010

Diario de un perro azul (XIV)

Me quedo con una canción de Sabina
cuya letra seguro ya no recuerdas
pero que representa mi historia
(que es también la tuya, ahora)
me quedo con el olor de tu cabello sobre mi almohada
con el enigma de tu aroma que nunca sabré
me quedo con aquel regalo (verdaderamenre especial o único)
que me trajiste de aquel viaje
me quedo con el sonido de tu risa
tu alegría
tu manera de iluminar mías días
perfectos y grises
siempre los mismos días
me quedo con el tono oscuro de tus párpados
que parecían pintados desde siempre
me quedo con tus extremidades pequeñas
que jamás pude observar con detenimiento
me quedo con tus travesuras y tus desvaneos
con tus ojos inmensos que me atravezaban
con tus arcaísmos
con tus frases dichas a medias y proverbios citados al revés
me quedo con patifaz en el corazón y mi recuerdo
tu te quedas con el verdadero sobre tu mesa.
Me quedo con alguna que otra desvelada
con el recuerdo de tus ojos inmensos y enrojecidos
me quedo con el tronar de los huesos de tu cuerpo
(esas malditas manías)
con la manera cómo te mordías la boca
con tus "señitos" tan encantadoramente provincianos y hogareños
me quedo con latas de atún sin comer
con la canchita que compramos en demasía aquel día
con esa película que no llegamos a ver
y espero que puedas verla algún día
me quedo con todas las preguntas que jamás te hice
con todas las respuestas que jamás encontré en tu mirada
me quedo con eso y con mucho más.
Me quedo con todo y parto a un viaje muy largo
del que quizá nada pueda esperar (ahora).
Pero me quedo con todo lo ya nombrado
Lo que se da no se quita.
Te devuelvo sólo dos cosas
te devuelvo tus pecas y tu corazón.

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