sábado, 22 de noviembre de 2008

Aquél día


Recuerdas el día en que lo encontramos, famélico, casi dispuesto a morir, como un guerrero que en silencio acepta su destino?

Aquél día entre trompetas y cacareos de medianoche, decidimos tú y yo salvarlo y de paso salvar algo del alma que desde hace tiempo nos carcomía. No dijimos nada.

- a veces las palabras no son mas que reacciones de la piel que terminan siendo despedidas por la boca-

No había necesidad de ello.

Simplemente dejaste -dejamos- de ser por un instante tú y yo y pasamos a ser nosotros y él. Dijimos hola y el dijo quizá "hola", también.

Dije quizá.

3 comentarios:

heydi dijo...

Las palabras muchas veces son eso solo palabras, no dio nada, solo nos dio una mirada famélica, como el, talvez pidiendo que por favor no lo lastimemos mas de lo que la viuda y su destino fatal le dieron. La oportunidad no se la dimos, el nos dio la oportunidad de resarcir algo que la vida misma le quito, y nos quito.
Hoy ya no es mas tristeza, es un Cortazar dispuesto a seguir viviendo con todas sus fuerzas, amando el pedacito de suelo que le regalaste, y cada caricia de tu madre, tan tuyo y muchas veces tan anheladamente mía.

Anónimo dijo...

Ey cherita hoy vuelvo a tu blog...chevere..escribe chera...y quítate esa máscaraaaaaaaaa jejeje

Hiperión

Anónimo dijo...

Veo los días pasar. Hace más de un mes y no me decido a escribir. ¿Por qué será? ¿Por qué me invade esta estupidez? Veo que estos textos, que ahora amo, llevan años escritos en este blog. Pero su vigencia llega intacta a mi alma. Bueno, no sé muy bien lo que digo. Quizás sea solo una virgen suicida más...