lunes, 3 de diciembre de 2012

Vaca

Tu cielo, mi mar, tu arena, aquella pequeña palmera, la casa de tu abuelo, el libro que se salvó del naufragio, tus recuerdos mancillados, tu sexo inaccesible, el mío, nostálgico.
Mis manos, tus pies ligeros, tu boca, una mirada, tu sonrisa, mi vacío, el recuerdo de tu esperanza, aquella plegaria, tu manifiesto, los cuatro punto cardinales, la dirección a la que volví tantas veces, tu pequeña casa de ladrillos, el conejo que salvé de la muerte, tu inocencia, aquella agenda que todavía conserva mi número, el pequeño trozo de papel donde aún guardo el tuyo.
Mis pastillas, las tuyas, tus cortinas de colores vivos, la terapia que jamás iniciamos, aquél baile postrero, el recuerdo de tu abuelo, tu olor, el mío, que se confunde entre los destellos de tu olfato, casi extinto, tus ojos entrecerrados, la noche que decapita toda esperanza, mi sol mil veces dibujado, aquella luna, trasnochada, tus estrellas, en el techo, señalando el camino, hacia el mar.
Olvídalo. Es sólo una vaca dibujada en la pared.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque recuerdas tanto kuinzito? no hay algo mas que puedas hacer que solo recordar? que te hace falta? o como dices, no es nada, solo una vaca pintada en la pared.

kuinzito dijo...

Eso. Una vaca pintada en la pared. ¿Quien no ha tenido en el patio de su casa una vaca pintada en la pared?