domingo, 25 de septiembre de 2011

Escenas varias

1. No lo quería aceptar pero la verdad era cierta. Se encontraba agotado. Cansado de luchar contra molinos de viento. Agotado de intentarlo, intentarlo, y comenzar una y otra vez hasta perder el sentido.El no era el Quijote y ellos, de ningún modo, gigantes a los que pudiera hacer frente. Cómo hacer frente a la soledad, a la apatía, al pesimismo, a esa manera tan cagona que a veces tenía de restregarle en el rostro lo que era: un pobre soñador que imaginaba ser el personaje de alguna novela de Corín Tellado.
2. Se sentía emocionalmente a punto de perder la conciencia de lo que en verdad quería. Habían ocasiones en que podía estar rodeado de personas y continuaba sintiéndose el ser más solitario del mundo. Aún llevaba a cuestas ese sentimiento de heredada orfandad que probablemente le había transmitido su padre o su abuelo.
3. Habían ya pasado meses desde la última vez, en que se apareció frente a ese desvencijado restaurante con un mamarracho azul bajo el brazo. "Es para que te acompañe -le dijo con timidez. Cuando te sientas solo. "Gracias" -contestó de manera lacónica.
4. Escribo porque me siento cansado, porque no se que otra manera puedo dar rienda suelta a la nostalgia, a la necesidad de verla acaso una vez más. De repetir ese sueño que todavía no termino de soñar.
Imagino más de mil maneras de propiciar el encuentro: en una tranvía, en la soledad de un avión, en el paroxismo final de una comunicación electrónica, en el aeropuerto, quizá en la muerte.
5. Me siento como ese animalito azul que solía soñar dentro de un vaso de vidrio, esperando el momento para volver a ser gigante una vez más y salir volando al mundo, libre de ataduras y de estigmas sociales. Esperando, esperando. Y el mundo sigue girando.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Nunca existió lazo alguno que nos una
jamás te pensé
jamás me pensaste
jamás confié en ti.
Apenas cerré los ojos
y fingí, digamos, no saber
mientras tú, a la vez, fingías, que no sabía.
Era mejor así.
A veces te pienso
y llego a la conclusión que tus torpes y ridículas acciones
son quizá una burda manera de seguir presente en mi vida.
Careces de existencia.
Nunca estuviste, jamás estarás.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Mariposa azules

Hace ya bastantes días que dejé de escribir en este espacio, que alguna vez declaré mio.
Hace ya varios días que permanezco en una suerte de mutismo forzado, de hermético silencio, que entrecierro los ojos como quien no quiere ver, pero a través de sus párpados ve.
Hace ya mucho tiempo que no te sueño y hoy, curiosamente, te he soñado, en el mismo lugar y de la misma manera que siempre te sueño.
Y de pronto, sin darme cuenta, he comenzado a pensar en ti, con una necesidad apremiante, con esa especie de angustia que antecede el primer encuentro.
Y he comenzado a sentir mariposas: mariposas azules mordiendo mi vientre, mis entrañas, compartiendo entre ellas curiosas miradas mientras desgarran con sus fauces, en silencio, mi corazón.