- Tú no me quieres- le dijo. Si me quisieras no me buscarías. Te olvidarías de mi.
- ...
- No tú no me quieres - repitió esta vez más convencida. Si me quisieras dejarías de trarerme flores. Cesarías de dedicarme ese par de avemarías que me recitas en las novenas y a veces en Madrid. No recordarías jamás mis canciones, ni el tono de mi voz o mi mirada o mi sonrisa. Dejarías de leer mis antiguas cartas. Eliminarías cualquier recuerdo extinto de mi pasado. De tu futuro.
- ...
No. Tú no me quieres. Si me quisieras no llorarías mas por mi.