miércoles, 25 de enero de 2017

Crecer

"Tiembla mucho de miedo mujer".
Delgadillo

- Quiero crecer contigo - me dijo. Mientras sus piernas buscaban las mías entre la suavidad de las sabanas. Quería decirle mi cosas en ese momento, pero preferí callar.
Mi silencio fue interpretado de la peor manera. De manera brusca se levantó de la cama y casi desnuda, salió corriendo de la habitación, a pesar que afuera en la calle llovía.
La encontré muchas horas después en una bocacalle: tenía el cabello empapado y las lágrimas de su rostro de mezclaban con gruesos gotones de lluvia.
La cogí de la mano, temblaba. Luego la cargué suavemente, y como un niño, le mostré el camino que la devolvería a casa.

martes, 24 de enero de 2017

Sonia (1)

Siempre soñé con estar de novio de una chica de piernas perfectas y larguísimas, divinamente estilizadas hasta el infinito. Pasé muchas horas en mi habitación, imaginando cómo sería acariciar por horas esos muslos perfectos hasta perderme en el resquicio insondable de sus contornos.
Después conocí a Sonia.
Sonia era todo lo opuesto a la que había soñado: pequeña, gordinflona, con lentes de ratón que daban a su rostro un aspecto entre intelectual y estupido.
Siempre me había pasado: terminaba enamorándome de las niñas oscuras, de las más complicadas, de las muñecas dañadas, con problemas psicológicos e historiales suicidas, siempre.
Sonia canbió mi concepto de ver la vida. Incluso hoy muchos años después, cuando las canas comienzan a poblar mi sien, recuerdo su sonrisa de ratón y aquel sonidillo particular que luego de mezclaba con el llanto, al momento de llegar al orgasmo, luego de hacer el amor.
Tenía que haber pasado por ello, no obstante para entenderlo. Sonia no era para mí mi desde el inicio. O mejor dicho no era para nadie. Estaba destinada a una perpetua soledad de la cual no conseguiría sacarla nunca, aunque me esforzara por esconder sus frascos de pastillas o la navaja con la que solía cercenarse las muñecas en las tardes de lluvia.
- El sonido de la lluvia estrellándose contra el alféizar me pone melancólica - me confesó un día.
Hasta ese día en que la encontré, luego de buscarla por horas tropezando entre charcos y el espesor de las calles repletas. Hasta la que salvé.
Después de eso nunca más volví a ver a Sonia...



domingo, 22 de enero de 2017

Lluvia

Empezó casi si darme cuenta
Una fina garua perfilando mi ropa
Y mi calzado
- Es invierno, pensé
Pero no lo era, era mediados de enero
mitad del verano.
Y sin embargo, esa garúa amenazaba con convertirse casi en lluvia.
Levante el rostro hacia el cielo
Algunos gotones comenzaban a caer
Los besé en silencio, con la punta de los labios
Como se besa a una mujer
Tenían un sabor a inocencia, alcohol, esperanza...