viernes, 12 de febrero de 2016

Debiste

Debiste dejar de creer
en abismos
insondables
dibujados en mi espalda
o en tus brazos
con aquel cuchillo
con el que sueles rebanar el pan
y también tus sentidos.

Debiste dejarme creer en fantasmas
animarme a ver más allá de los sentidos
debiste desistir
mucho antes que yo pueda comenzar
                      a gritar
a rasguñar tus piedras maldicientes.

Debiste despertarme
y no dejarme soñar
apagar ese incendio
al primer grito
sin dolor
sin corazón en tu abdomen
que se interponga entre tu dolor y el mío
debiste callar
en lugar de preguntar
mis secretos
           -ahora revelados-
debiste decir adiós, en lugar de aquel hola.