domingo, 27 de noviembre de 2011

idiomas

Hoy descubrí
que no existen los idiomas
ni las barreras
apenas tu soledad
y la mía.

Cosquilleo

De pronto he sentido
el renacer de ese cosquilleo
de coger el ordenador
de taladrar sus teclas con mis dedos
-mariposas-.
Paciencia
falta ya muy poco tiempo
para ello.
Para lo otro también.

...

Dijiste te extraño de una manera tan espontánea
que hiciste que al acto sintiera también esa necesidad de ti:
de tu aroma inconfundible (debí traer un frasco)
de tu cabello (peinado como en aquella foto)
de tus manos y pies perfectos
de aquellos inconfundibles puntitos negros que llamamos pecas.
Del calor de tu cuerpo
tus piernas delgadas
tu talle ajustado
en suma, de ti, material y mundana.

señal

Garcias por esa señal que necesitaba.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

If

If she could...
Dicen que a veces
hay que estar dispuesto a perder
para ganar.
Necesito una señal.

Lindo


Hoy quiero sentirme inmenso
otra vez importante.
He salido a correr hasta casi reventar mis pulmones
me he afeitado con detenimiento
como hace mucho no lo hacía.
Me expurgado el cuerpo con una minuciosidad
casi religiosa
casi femenina.
He cogido esas ropas nuevas
que guardaba en mi cajón de los altos
me he calzado con mis botas
mi bufanda
mi jersey.
He cogido aquél libro del estante.
De pronto me he observado en el espejo:
con mi mirada asustada y mi cabello de loco
y me he sentido lindo, lindo, lindo.
Luego he salido a enfrentar el mundo.
Mi pasos avanzan solos
seguros.

martes, 22 de noviembre de 2011

Por el camino de Swann

Nunca es tarde para aprender
para corregir un error
para pedir perdón por aquella ofensa
para decir hola
para pronunciar un adiós
para regalar una sonrisa
para comenzar a acostarse temprano
para ir a ese lugar que algún día pensaste visitar
para llamar a esa persona que siempre quisiste llamar
para pedir sexo sin compromiso
para mantener un compromiso sin sexo
para seguir la huella de sus pasos perdidos
para decir basta
para pensar todavía
para desandar el camino andado
para recuperar el tiempo perdido.

Dragones

"A Vik Lovell, que, después de haberme dicho que los dragones no existían, me condujo a su guarida"
Me ha encantado esta dedicatoria. La he leído no hace mucho en un post. Pertenece a una novela que leí hace bastante tiempo. Se llamaba One Flew Over the Cuckoo's Nest (traducido quiere decir algo así como "Uno voló sobre el nido del cuco".
A veces quisiera que alguien me hiciera creer una cosa distinta a lo que mi entendimiento me grita. Me siento cansado de ser uno de los pocos que seguimos pensando que los dragones existen. Me gustaría encontrarme con un ser humano que me hiciera considerar lo contrario. Y quizá, sólo quizá, me condujera su cueva.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Diario de un perro azul (XXII)


Debías darte por enterado.
Notificado. Con cargo de recepción o silencio administrativo negativo, en un sentido diferente al jurídico.
Negativo para tu corazón, para tus expectativas, para aquello que considerabas "legítimo". Para lo "esperable", si querías hablar en términos económicos.
Deberías sentarte y reflexionar qué es lo que razonablemente esperaría un sujeto promedio en tu lugar.
"Recuerda que alguien que te hace sentir mal, no vale la pena", te dijo en una carta.
Debías reflexionar cuánto de cierto había en esa frase. Quizá establecer una ponderación, aún cuando te enfrentaras al problema de determinar qué es posible ponderar y que no.
Deberías estar cansado de revisar cada 20 minutos tu ordenador, de buscar de una respiración, de procurar un latido.
De nada te servían esas largas noches encerrado en la soledad de tu habitación. Vivías como un ermitaño, como un preso a voluntad, esperando a que alguien te abra la ventana para darte por enterado que el sol existe. Y la luna. Y las estrellas.
 Tenías que tomar fuerzas. Estirar el brazo por ti mismo. Descorrer aquella persiana. Bañarte en ese rayo purísimo de luz. En ese sol, en esa luna, en esa estrella.
Nunca más volverías a sentirte solo. Nunca más. Nunca.
Nadie podría acusarte de no haber luchado. Hasta la necedad. Hasta el olvido.
Hay batallas que no se pueden ganar solo. Existen victorias que no pueden ser de uno, sino de dos.
Uno no debe sentarse a esperar un tren que sabes de antemano, por ese destino, nunca llega.

Ángeles

Ayer
mejor dicho hoy
me visitó un ángel.
Es verdad
lo que dicen:
los ojos
jamás mienten
tu boca puede dibujar una sonrisa
pero los ojos no
...
...
a los ojos
nadie le quita la pena.

Feliz cumpleaños, Cecilia


No mueras más
Oye una sinfonía para banda
Volverás a amarte cuando escuches
Diez trombones
Con su añil claridad

Luis Hernández

Querida Cecilia,
Te escribo esta carta con la seguridad que en este momento debes estar rodeada de muchas personas, entre familiares y amigos.
Es un momento importante para ti, pues no todos los días se cumplen años. Imagino que a estas alturas, ya todos te han dado los respectivos abrazos y besos.
Seguramente te levantaste muy temprano y -como buena aprendiz de mamá- te metiste a la regadera con los primeros rocíos del día. Es importante ponerte tus cremas, peinarte y vestirte, de modo que al momento de llegar el primer invitado, te encuentre fresca, lozana y bella.
"Por ti no pasan los años", exclamarán. Tú sonreirás y moverás la cabeza en señal de afirmación, como corroborando una verdad inobjetable y eterna.
Luego llegará el momento de abrir los regalos. Cada cual, pugnará por el suyo. Tú mirarás a cada uno con picardía y soslayo: sabes muy bien que no pelean por el orden en que deben abrirse los presentes, sino por robar un instante de tu atención. Tú los observarás con tus ojos inmensos y escogerás un regalo al azar: "A ver, qué será, que será...".
Por la tarde llegará el consabido pastel, las velas, el estridente "Happy birthday to you", nuevos abrazos y besos, hasta que se inicien los primeros compases de una melodía.
Una pieza de baile, reemplazará a otra y así sucesivamente hasta que hayas danzado con todos. Nadie podrá decir que no tuvo el privilegio de ser tu pareja esa tarde. Algún osado intentará repetir el plato. "Sólo una vez" lo reprenderás con delicadeza.
Luego se irán marchando uno a uno, en el orden en que llegaron, hasta que no quede más que el pastel, las velas -ahora extintas- y alguno que otro globo sin reventar.
Ya avanzada la noche, empezarás a acomodar las sillas, acompañada de mamá. Luego, lavarás los trastes, botarás las colillas de los ceniceros, acomodarás la alfombra.
Finalmente te meterás a la regadera. Una vez más, te colocarás el pijama, te removerás las cremas, te mirarás al espejo."El tiempo no pasa por mí", pensarás, de la misma manera que los has venido haciendo todos los 21 de noviembre desde hace once años.
Sólo en en ese momento caerás en la cuenta que estás muerta.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Sueño

Acabo de despertar
soñé contigo.
Me decías
que querías vivir conmigo
miré tu rostro
clave mi mirada
en la tuya:
parecía que podías comerte
el mundo con una sola sonrisa.
La casera nos miraba asombrada.
Parecíamos dos locos
a punto de iniciar una fiesta.
No tenías miedo.
Reías.
Reíamos.
Cuando me desperté
mantuve los ojos cerrados durante un largo tiempo
no quería despertar.
Llegó el amanecer
comenzó a cantar un pájaro:
entonces me di cuenta que sólo era un sueño.

Lo que no, pues no.

No es tan difícil
de comprender
una vez
que caes en la cuenta.
Era verdad
eso que dicen
"Lo que se ama se cuida"
lo que no, pues no.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Missing Cecilia

Para qué usar eufemismos
o palabras elaboradas.
Para qué procurar
dorar más la píldora.
La verdad
es cruda y simple
te extraño como la puta madre, Cecilia.

Mañana

Mañana estás de cumpleaños
y hoy te extraño más que nunca.
Te fuiste
estas tan lejos
y yo también.

No estás

Dices que estás
pero no es verdad
pretendo pensar
que estás
que no te has ido
que no te irás.
Pero ya te fuiste.

jueves, 17 de noviembre de 2011

No hay casualidades

Hay algo de mágico
y de absurdo en esas casualidades:
que yo eligiera ese autobús
y tú decidieras sentarte a mi lado
que coincidiéramos
despues en el cine
que en lugar de marcar el 7
lo confundieras con el 3
que tú dijeras "aló"
y yo te llamara por error "Eliana".
Que hubiésemos vivido de chicos
en el mismo edificio
que tu madre y la mía
fueran amigas de la infancia
que tú asistieras a mi escuela
y después yo a la tuya
que trabajásemos ambos
en un mismo lugar.
Que un día decidiera amarte
y luego tú hicieras lo mismo.
Hay algo mágico y absurdo
en todas esas casualidades.
No, honey, no hay casualidades
sino una serie de eventos
necesarios
para que luego seamos
tú y yo.

martes, 15 de noviembre de 2011

No temas

Nada se pierde
todo se transforma.
Jorge Drexler

No tengas vergüenza de gritar en voz alta
las cosas que me dices en voz baja.
Callar u omitir es un sinónimo de negación
de rechazo.
No me llames por mi nombre
he sucumbido hace ya cierto tiempo
al encanto de dejar a un lado la manera como me llamo.
No me llames por mi nombre
he dejado de tenerlo
mi nombre solo adquiere sentido
cuando es reemplazado por uno distinto:
el que tú me otorgas.
No temas regalarme una mirada
una caricia
un abrazo
un beso fugaz.
Los gestos se toman
no se piden.
No tengas vergüenza de comportarte
de modo lascivo, exasperante o sexual.
No tengas temor de tu desnudez
o de la mía
del calor de tu vientre
de tus piernas delgadas enredándose entre las mías.
No tengas temor
de decir las mismas palabras
de llamar a las personas de idéntica manera
de descubrir un gesto que creías olvidado
un sentimiento
una sonrisa
una hendidura en tu pecho
un aluvión de esperanza
y de miedo.
Las palabras solo son eso
apenas una conjugación de letras
que podrían significar tantas cosas
y a la vez nada.
Yo podría decir por ejemplo
hogar
y escribirlo de mil maneras distintas
ogarh, garho, arhog... n + 1
No tengas temor de reemplazar  nuestros nombres
por el yo, tú, nosotros, ellos
de adjetivar tu sonrisa
de conjugar, conmigo, tu mejor verbo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

A ti

Lo más irónico de todo
es que siempre supe que fuiste tú
hiciste que justos
pagaran por pecadores.
Dicen
que no hay peor ciego
que el que no quiere ver.
Yo quiero ver.
Hoy.
Siempre.

Ponderación

Hasta ahora se preguntaba
cuál sentimiento era más poderoso
si, a fin de cuentas,
el punto en el que se encontraba
no era otra cosa
que el resultado
de una ponderación
entre el amor y el miedo.
Huir del miedo
había sido su consigna
aunque en ello
pudiera esconderse
de modo soterrado
algo diferente.
- ¿Se puede querer a alguien que se teme? - preguntó la nostalgia.
- Jamás -le contestó el miedo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Wish

A veces me gustaria
que dejaras de gustarme
un poco
...
solamente
...
just a little.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Como en los libros


Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardín;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
                               Joaquín Sabina 

Hace no mucho me encontré con una de esas viejas compañeras que, durante nuestros años de escuela, se jactaba de vivir las cosas de manera intensa. Tenía en esos tiempos un noviecito de esos al que ella adoraba con una devoción que casi rayaba en lo novelesco. Las personas de la escuela decían que no había cosa más perfecta que la conjunción de ambos. Todos deseábamos en silencio parecernos un poco a ellos. Para las demás parejitas que iniciaban, ambos, eran su molde a seguir, el patrón con el que se medían uno a otro.
Vivían un amor de esos que solo se han escrito en los libros, en los que la existencia de uno era justificación del otro. Era muy peculiar verlos los fines de semana en el parque, al lado de la municipalidad, ya sea manejando bicicleta, compartiendo un helado o recostados sobre el mullido pasto leyendo un libro. Siempre se estaban riendo o se estaban besando.
Cuando terminamos la escuela, supimos por terceras personas que ambos ingresaron a la Universidad el mismo año... luego les perdimos el rastro. En ocasiones cuando coincidía con algún antiguo camarada intentaba indagar qué había sido de ellos. Pero nunca tenían noticias nuevas, apenas algunas vagas conjeturas que siempre comenzaban mas o menos de la siguiente manera: "tienen que estar todavía juntos ¡si eran la pareja perfecta...!".
Hasta el día que me topé con ella mientras tomaba un café en el centro comercial. La reconocí apenas la vi. Tenía todavía algo de ese aire de grandeza que hacía que las chicas menores la imitasen: desde su peinado hasta su forma de vestir.
- ¿Te acuerdas de mi?
Ella me sonrió y luego de observarme por un largo rato, fue aventurando nombres, hasta que por fin, después del número 23 dio con el mío.
- Pues claro que me casé - me respondió luego del segundo café.
Me contó que había vivido durante toda su etapa universitaria el amor más intenso que hubiera podido imaginar. Luego, él tuvo que viajar para hacer unos estudios de doctorado a Londres, de modo que decidieron darse un tiempo hasta su regreso. En el ínterin ambos salieron con una serie de personas hasta que finalmente ella conoció al que ahora era su esposo. No sabía que había sido de la vida de él. Le pregunté si seguía viviendo de manera tan intensa como en la escuela.
- En la vida hay dos tipos de hombres -me dijo-  los que te hacen vivir de manera intensa, como en los libros; y, los que te llevan al altar. Yo escogí al adecuado.
La miré nuevamente a los ojos. De pronto noté que había desparecido algo de su antigua grandeza. Sus facciones estaban contrechas, tenía unas arrugas bajo los ojos, su cuerpo se había engrosado y a toda vista había comenzado a engordar. Ya no me parecía tan bonita.
Me despedí a los pocos minutos. Sentía una extraña opresión en el pecho. Manejé a toda velocidad hasta llegar a mi casa. Mi mujer veía televisión enfundada en un grueso abrigo de lana.
- Hola gordo -me dijo. Tuve que comer con los niños. Tu comida esta sobre la mesa. Esoty muerta. ¿Cómo te fue?
Me acerqué a ella sin que se diera cuenta y la abracé por detrás. Cuando volteó, tenia su rostro pegado al mío. Miré su cabello blanco, sus facciones todavía hermosas.
- Te amo porque me haces vivir la vida de una manera intensa -le dije.
No me contestó. Pero por la humedad de su mirada supe que no necesitaba respuesta.

domingo, 6 de noviembre de 2011

ONE

Lo descubrió de sopetón
como un baldazo de agua fría en invierno.
No era otra cosa que una simple
constatación de la realidad
que gritaba a su oído
"no se puede pretender mantener una quimera".
Debía dejar de luchar contra dragones de fuego
acostumbrarse a su caverna
a la impúdica compañía de su sombra.
Esa canción era un anticipo
de lo que vendría muchos años después
luego de la extinción del recuerdo
de tu mano enredándose en el palpitar de mi sexo.
Tenías razón: somos uno, pero no el mismo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Otoño mutilado

Ayer noté como se desprendian las primeras hojas doradas de los árboles
y pensé inevitablemente en mí
en ti
en aquella tarde en que te prometí
que algún día sería testigo de ello.
Vivo un sueño mutilado
como las hojas de esos árboles
un sueño donde apareces y desapareces como una pesadilla recurrente:
yo hago el papel de aprendiz de marioneta
tú, de eterno expectador que fisgonea mi mente.