lunes, 22 de noviembre de 2010

Aclarando

Te escribo esta vez a ti, por primera y única vez, persona que se oculta en el anonimato para atosigarme (?) de acusaciones y recuerdos que la verdad recuerdo cada vez menos.
Nunca he publicado tus comentarios, porque no encuentro justificación para hacerlo, pues representan parte de ese pasado que hace tiempo he querido dejar atrás aunque a veces, te soy sincero (y humano) todavía me persigue, pero de una manera distinta a la que pretendes hacerme creer.
Repito, no se quien eres ni me interesa tu identidad, pero esta vez he decidido enfrentarte y responderte abiertamente en este mi espacio que tú invades con tus impertinencias, con tus desatinados y absurdos comentarios.
No sé quién eres o de parte de quien escribes pero definitivamente andas muy mal informada (o).
Muchas de las cosas aquí escritas quizá tengan nombre propio, pero otras carecen de ello.
No todo se reduce al recuerdo de alguna persona en particular. Algunas cosas que escribo solo están en mi recuerdo, en mi corazón o en mis tripas.
Este no es un blog de amor ni pretende serlo. En alguna oportunidad ya escribí sobre eso (véase "No puedo escribir de amor").
No te confundas más ni pretendas hacer lo mismo conmigo. Pierdes tu tiempo.
Este blog tiene una finalidad distinta que tu lastimera necesidad de ir siempre alrededor del mismo tema. En otro post ("Por qué el nombre de este blog") he explicado algo de aquello.
Quizá deberías leer con mayor atención entre líneas ( y las líneas).
Las personas no solo vivimos de recuerdos o de personas, también de fantasías, de sueños recurrentes, de traumas ancestrales, de miedos ocultos, de temas permanentes que incluso nos trascienden.
Esta vez te respondo directamente y te digo que estas equivocada (o). Que andas por mal camino. Quizá el peor de todos. Quizá eres tú quien se empeña en mantener vivo ese recuerdo que albergaré toda mi vida, pero de una manera distinta ala que pretendes mostrar.
Nada es eterno. Tampoco lo serán tus cada vez más molestos comentarios. Algún día te cansarás y entonces no yo, sino tú, serás finalmente libre.
Y entonces respirarás, como en aquella novela, el aire purísimo de la libertad.

domingo, 21 de noviembre de 2010

sometimes bonita

Someday.
Algúna día serás algo más que ese sueño recuerrente que a veces me persigue las noches que logro conciliarlo.
Y será todo lo que pensé, ojos grandes, cabello ensortijado e inmenso, vestidito rojo organdí, mira serena, profunda, arrebatadora.
Y serás mía, verdaderamente mía, como nadie quizá lo ha sido.
Y saldremos a caminar al parque tú y yo, de la mano (como odio caminar, pero contigo, no habrá vueltas que darle).
Y conversaremos de cosas banales y te leeré luego en la noche antes de acostarte. Y te contaré historias inventadas que tú exigirás tengan sentido, porque eso sí la inteligencia la heredarás de tu padre.
Y me llevará de un lado para el otro como un gato que juega con su ovillo de lana, enredándolo y desenredánsolo a su antojo.
Y jamás morirás. Eso no. Y seremos poderorosos.

Hoy cumpliría 36

Le dije señor que tal, soy Pedro
¿Se acuerda de mí? ¿Qué fue de su hija?
Me dijo, cómo ¿no sabes?... ella murió.

Pedro Suárez.

Querida Cecilia,
Es gracioso como a veces pasa el tiempo y ni siquiera lo notas.
Han pasado ya diez años desde que nos dejaste y parece que hubiera sido ayer y parece que nunca hubiera ocurrido. Hoy cumplirías 36. La misma edad con que contaba Marylin cuando murió.
A veces me esfuerzo en recordar el tono de tu voz, la intensidad de tu mirada, el sonido de tu risa, pero es inútil. Mi cerebro alberga cada vez menos imágenes fragmentadas de tu recuerdo.
A veces creo recordar algo pero no estoy seguro si es que realmente he recordado o es mi cerebro quien se empeña en recrear mi necesidad de hacerlo y como un niño, me complace.
Otras veces pienso que te he olvidado. Pueden pasar semanas completas y parece que no pienso en ti y entonces pienso que así efectivamente, debe ser la muerte: el olvido final.
Luego llegas de golpe y te insertas una vez más en mi vida. A veces siento como si no te hubieras marchado, como si de alguna manera siempre estuvieras aquí, conmigo, cuidando cada uno de mis pasos, como la hacías cuando era pequeño y tu dos años mayor ¿recuerdas?. En ese entonces fingías que mi pequeña existencia no te importaba pero yo sabía bien de tu necesidad de protegerme, como cuando me cogías de la mano al cruzar la avenida para ir al colegio sin que nadie te dijera o cuando me defendías de tus compañeritas mayores que se mofaban de mí llamándome "Cecilio".
Todavía recuerdo el día en que hicimos no se qué travesura. Muy terrible debe haber sido que nos castigaron a ambos. Tú no podías soportar el verme llorar y te echaste la culpa aunque sabías bien que el causante era yo.
Cecilia, Cecilia. No debe haber sido cosa fácil nacer antes que yo. Tú eras la engreída de la casa y de pronto llegué yo. Mi madre me confesó un día que fuiste planificada, que fuiste hecha con amor. Yo nací de los últimos vestigios de odio en el corazón de nuestros padres. Fui un hijo no deseado que llegó a insertarse en nuestro mundo familiar en el peor momento y quizá a causa de ello recibí en alguna oportunidad más atenciones que tú. Después de todo, tú ya eras grande, yo aún pequeño, tu ya no necesitabas de aquellos juguetes que de pronto pasaron a ser míos. Tú debiste crecer de pronto, tu consigna no era ya el jugar con tus muñecos sino el cuidar de tu hermano, aún pequeño.
La gente a veces solía decir que nos parecíamos. Yo no entendía cómo podían decir ello, si a mi me daba la impresión que tú eras lindísima y yo andaba algo rezagado en los cánones de la belleza. Pero algo de similitud habría quizá en nuestras miradas que hacía que de inmediato se nos asociase como hermanos donde quiera que íbamos.
No debe haber sido cosa fácil verme crecer. Verme convertirme de pronto en adolescente y luego en hombre. Tampoco debe haber sido sencillo sentir que en alguna oportunidad se me otorgó alguna posibilidad que a ti te fue negada. Nunca me perdonaste el hecho que yo pudiera asistir a una universidad privada mientras tú debiste conformarte con la estatal.
Y lo cierto es que eras tremendamente más inteligente que yo. Quizá la más inteligente de toda la familia. Eras algo así como un talento desperdiciado.
A veces no pienso en ti, es cierto, pero otras no puedo dejar de hacerlo. Hoy por ejemplo, me he pasado todo el día intentando no pensar en por qué me he sentido de esta manera. Le he echado la culpa a la ausencia de mis medicamentos, al clima, al hecho de vivir solo, a la vida. Pero la verdad sea dicha sucede que no he querido hasta ahora sentarme y pensar en ti.
No sino hasta ahora que me veo enfrentado con mis pensamientos y me veo obligado a ello.
Pienso en ti y te veo en dos colitas, con tu pantalón de lana marrón -nada estético- y una chompa de lana roja que había pertenecido a mamá y que atesorabas. En casa no había motivo para andar bonita. Nosotros, lo de adentro no importábamos.
En realidad habíamos dejado de importarte desde hace mucho tiempo. Ya ni siquiera nos mirabas. Recuerdo que en alguna oportunidad (debió ser en los últimos tiempos) alguien hizo una broma sobre ti en la mesa: debió de haber sido una buena broma, una magnífica broma, una estupenda broma que te obligó a levantar los ojos del plato y sonreír tímidamente. Me he quedado por años con el recuerdo de esa sonrisa.
Han pasado ya diez años Cecilia. Hoy me gustaría decirte tantas cosas. Comenzar a escribirte esa extensa carta que un día prometí te escribiría y hasta ahora no empiezo. Visitarte mas a menudo como antes, cuando me sentía solo o sencillamete estaba en esos días.
Mas tarde seguro iremos a verte. Como todos los años mi madre dirá algunas palabras y los demás guardaremos silencio. Luego almorzaremos en familia y comenzaremos a sonreír uno a uno, como quien va saliendo de un largo sueño.
Y estarás allí presente en cada uno de nosotros. Aunque no quieras. Ya no te importará la edad, ni andar con la vestimenta adecuada. No te importará cumplir 36 ni sentirás que el tiempo ha pasado sobre tu rostro y que ni las cremas o el gimnasio pueden remediar lo ocurrido. Y sonreirás, como aquel día que tengo grabado en mis recuerdos. Y serás feliz aunque sea un instante. Y no podrás dejar de hacerlo. No podrás.

martes, 9 de noviembre de 2010

CERRADO POR MANTENIMIENTO

Nada que decir hoy
cierro este blog por algunos días
necesito REINVENTARME.

CERRADO POR MANTENIMIENTO
(AGAIN)

lunes, 8 de noviembre de 2010

Diario de un perro azul (XVIII)

Crac - sonó.
La vio y algo se rompió en su pecho.
Quizo juntar sus pedazos
hacerlos encajar unos con otros:
fue en vano todo intento.
Algo se había quebrado y no sabia que.
Esos ojos que esperó ver con tanta ansiedad
cuyo secreto hurgó tantas veces conocer
ahora parecían estar vacíos y no decirle nada.
Había pensado tantas veces en ella
la había imaginado de tantas maneras distintas
había pensado en lo que le diría
y lo que ella le contestaría
en el movimiento de las piezas una tras otra
en su parpadeo, en quizá una sonrisa.
Había imaginado todo tantas veces
casi de manera matemática
como un juego de ajedrez
adivinando y preparando cada jugada.
Pero cuando la vio no pensó en nada de eso
solo pensó en lo mucho que había esperado
en lo cansado que estaba como consecuencia de ello.
Guardó sus piezas. Cerró el tablero.
Se marchó.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Billie Holiday, Nina Simone, Ella Fitzgerald - Solitude

A veces también me persigue esta tristeza
de un modo que pienso
que voy a enloquecer, Nina.
en otras la persigo yo
y terminamos enloqueciendo
...
...
juntos.

No debiste morir. No.

Did she say Lima?
Te escucho y comprendo por que Pizarnik
te compuso un poema.
Moriste lentamente
como un grito agudo
escapando de tu garganta.
No debiste morir
no.
Yo tampoco.
Both.

Para Janis Joplin
Alejandra Pizarnik

a cantar dulce y a morirse luego
no: a ladrar.

así como duerme la gitana de Rousseau
así cantás, más las lecciones de terror.

hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia
eso hiciste vos, eso yo.
me pregunto si eso no aumentó el error.

hiciste bien en morir.
por eso te hablo,
por eso me confío a una niña monstruo.

Hoy ten miedo de mí

Te miedo de mayo
de junio
julio
y todos los demás meses.
Ten miedo todo el año
como una constante, permanente
que no deja de ser
y fluye con libertad
como tu inseguridad, tus dudas y mis desvaneos.
Ten miedo
al igual que yo
hora tras hora
también tengo miedo de mi.

martes, 2 de noviembre de 2010

Dijo "te amo"

Dijo "te amo"
y su voz sonó como una confesión
un viejo secreto guardado por siglos
una lámpara de Aladino
que se descubre y se frota.
Dijo "te amo"
y mi piel se torno
grisásea, luego azulada
las órbitas de mis ojos
se ahuecaron
mis pupilas se desprendieron.
Dijo "te amo"
y mi pecho se inflo en un latido
mi corazón dejo de latir
un segundo, dos segundos, tres segundos.
Dijo "te amo"
y mis pulmones quedaron sin aire
mis manos se perlaron de sudor
al instante.
Dijo "te amo"
y el aullido de un lobo
corto la oscuridad, de improviso.
Dijo "te amo"
and the whole world stopped moving.

El Secreto De Sus Ojos

-Seguís vivo –dijo ella. Su voz pretende mostrar reproche, pero irradia felicidad.
-Sí-responde agitado. Tengo que hablar con vos.
Ella lo observa sin comprender. Luego su rostro se ilumina y parece entender algo.
-Les traigo café, doctora –pregunta un muchachito, interrumpiendo.
-Ándate, nene –responde sin siquiera mirarlo. Luego hace una pausa. Va a ser complicado –advierte.
-No me importa –contesta el.
Su semblante se queda helado por unos segundos: uno, dos, tres. Luego sus ojos sonríen. Toda ella sonríe.
-Cerrá la puerta –ordena.

Ya conozco el secreto de sus ojos ¿cuál es el secreto de los tuyos?